Raúl Ortíz
Secretaria general
Unidad Visión Venezuela Anzoátegui
Twitter: @rauljortizv
En los últimos años en
nuestra hermosa Venezuela he observado un gran sentimiento de división entre
familiares, amigos, vecinos y cualquier persona que sepas, o te imagines, que
por alguna de sus actuaciones piensa diferente a ti. Esto, a mi apreciación, ha
sido consecuencia de la peor debacle social, moral y económica que ha sufrido
el país en más de 90 años y que ha mantenido cantidades de protestas en casi
los 18 años que lleva al poder el gobierno “socialista”.
Por un lado, la población
que en sus ideales exige un cambio sincero a todo este panorama de oscuridad
donde se ha multiplicado la maldad, la inseguridad y vandalismo azotando
diariamente a toda la población y que no son castigados con celeridad. Y por
otro lado, una creciente y desproporcionada escasez de alimentos, medicinas e
insumos médicos que afectan considerablemente la salud y tranquilidad del
venezolano, por citar algunos de los males más fuertes que sufre nuestro
pueblo.
Estas divisiones y
problemas sociales, han generado una escalada de migración de nuestro pueblo -mayormente
joven- hacia otros países que le auguran el bienestar que sus propia tierra no
le garantiza, sean profesionales, especialistas o simples habitantes que
deciden emprender el viaje del destino dejando un vacío en cada familia con la
esperanza de algún día volver y rehacer la vida con sus seres queridos.
Sin embargo, por parte de
los actores gubernamentales, no se ve una propuesta alentadora para salir de la
terrible situación del país y simplemente buscan imponer sus ideas con
manipulación y hasta amenazas dando plazos para ver quienes desertan al barco
antes de que se hunda en sus propias maniobras, dejando a un lado una población
que no pide más que justicia, salud, educación, respeto y una economía fuerte
donde trabajar y ver prosperar sus negocios, familias y comunidades.
Por el lado de los
políticos no oficiales es complicado, parece un arco iris debido a la
diversidad y atajos sin acuerdos coherentes para salir del laberinto; pareciera
que algunos ven la política con un fanatismo como si se tratase de un juego donde
todos somos rivales, con la única diferencia que el apasionamiento por el
deporte no hace daño, ni divide familias, ni rompe relaciones, ni maltrata
personas. No esperemos crear dos Venezuela, nuestra tierra dividida no
prospera, hagamos un alto a estas mezquindades, un alto a ver la política como
una diversión donde hay un perdedor y un ganador. Veamos la política como una
fuente para generar bienestar social y colectivo por parte de los gerentes
públicos que administran la nación, estados y municipios y exijámosles que
cumplan con las responsabilidades que se le otorgaron por medio de la elección
popular. Empecemos a sembrar cultura de cariño, de trabajo, de respeto y especialmente,
cultura para el cuido y recuperación de nuestro país.
Es hora que empecemos a
tratarnos de una manera respetuosa, de trabajar y aportar ideas que puedan
mejorar nuestras situaciones políticas, económicas, familiares y amistosas. En
Proverbios 4:23 “Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de
él mana la vida” no dejemos que el odio y las circunstancias actuales os lleven
a descuidar la esencia de ser venezolanos.
Un turista decía “los
venezolanos son personas tan amables y cordiales que sin ningún interés te dan
la mano y ayudan como si fueran amigos”.
Aquí tenemos una tierra
tropical que como pocas en el mundo cuenta con terrenos fértiles para la
agricultura y ganadería, recursos minerales por todos lados entre ellos oro y
diamante, y el mejor capital humano que vale oro y donde quiera que se para es
capaz de dejar un legado. Sigamos adelante, ¡Nuestra Misión es la Unidad, nuestra Visión,
Venezuela!.
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