viernes, 4 de enero de 2019

Biagio Pilieri: Desde la calle, SIN CINCO DE ENERO NO HAY 10

Por: Biagio Pilieri.   

En este 2019 el compromiso con Venezuela es histórico y sin comparación alguna. Se necesita mucha gallardía, entereza y firmeza por parte de quienes tienen la razón, los ciudadanos, para ejercer sus legítimos derechos. Quienes no la tienen, el régimen, responderá con su arsenal de violencia y violación de las normas establecidas. La actual Asamblea Nacional tendrá en sus manos la misión más importante desde su constitución en 2016, le toca asumir gallardamente la conducción política de la nación, afrontar al castrismo venezolano en terrenos decisivos y escabrosos.


Para nadie es un secreto que el próximo 10 de enero comienza un nuevo período presidencial, y consigue a Venezuela sin Presidente electo. El régimen dirigido por Nicolás Maduro entrará en una etapa de desconocimiento total nacional e internacional, como consecuencia de haber consumado delitos de diversa índole, entre ellos, fraudes electorales consecutivos, prácticamente desde la misma votación presidencial del 2013, la ilegal evasión del revocatorio 2016 hasta las últimas municipales 2018, y entre ellas, por supuesto las presidenciales del 20-M,no reconocida por la inmensa mayoría del país ni por las principales democracias del mundo, no en vano fueron las presidenciales menos votadas y menos celebradas de nuestra historia.



Ahora, para que ello tenga feliz y definitivo término es determinante la actuación del Parlamento Nacional, quienes asuman su nueva directiva, así como todos quienes ocupamos sus curules, desde el próximo 5 de enero debemos cumplir con los deberes y funciones que nos exige la Constitución, que nos marca la realidad política,y que nos determina la necesidad de un pueblo que sufre diariamente y que no puede esperar más,todo ello a pesar de los riesgos que esto implica ante la presencia de un régimen tiránico. Según connotados juristas y tambien el anhelo de la mayoría del pais,consideran una obligación constitucional que el parlamento declare el 10 de enero la Falta Absoluta de la presidencia de la nación, debiendo el Presidente de la Asamblea Nacional asumir ese cargo hasta tanto se realicen nuevas elecciones; según y por analogía en lo previsto en el artículo 233 de nuestra Constitución. 



Maduro se juramentará en los próximos días y esa juramentación será Nula, y estaremos frente a la usurpación del cargo presidencial para ese nuevo período, por ello la Asamblea Nacional y en especial su nueva Junta Directiva debe estar a la altura del compromiso histórico y deberá desconocer a Maduro, pero no se puede quedar sólo en eso, sino asumir en el caso del Presidente del Parlamento la Presidencia de un Gobierno de transición nacional.



El papel de la Asamblea Nacional en 2019 es probablemente el más importante que debe afrontar la institucionalidad venezolana en muchos años. Hablamos probablemente de una nueva independencia, de la reconquista de nuestra soberanía, de retornarle al pueblo el protagonismo democrático que le ha sido usurpado por mezquinos y delictuales intereses contra la patria. Y para ello, es necesario el concurso no solo de la oposición orgánica, de partidos, sino de todos los sectores, gremios y, principalmente, del ciudadano quién es el principal afectado por un chavismo-madurismo injusta e ilegalmente anclado a un poder que desde hace mucho tiempo no le pertenece.



La misión que se emprenderá no será fácil, es la lucha de la legalidad, de la legitimidad, de quienes aman la paz , el patriotismo, la democracia, contra quienes embriagados de poder mal habido han perdido todos los escrúpulos para retenerlo, impulsados por el temor certero a pagar por los desmanes cometidos dentro y fuera de nuestra nación. El gobierno padece las merecidas consecuencias por sus irresponsables actos a lo largo de dos décadas de arbitrariedades. No será fácil, arremeterá con todo lo que ilegal e ilegítimamente cuenta, buscará amedrentar, manipular, callar, anular y atacar a sus adversarios por todas las vías, será la conducta propia de quienes saben les aguarda la justicia.



Sin 5 de enero no habrá un 10 de enero con desenlaces favorables al país, a pesar que no es una encomienda exclusiva de la Asamblea Nacional sino del pueblo entero, el papel del parlamento es decisivo, sus actos marcarán la pauta en la redemocratización del país, en el rescate de la venezolanidad, de la república. En los hombros de la nueva directiva del parlamento nacional y de sus integrantes recae una responsabilidad histórica que nos obligará a reencontrarnos con nuestra verdadera identidad o continuar por el sendero de un castrismo impuesto, de un modelo país divorciado de toda esencial venezolana. 
Repetimos, no es una responsabilidad única de la Asamblea Nacional, es de toda la nación, pero la actuación del parlamento en esta etapa será crucial. 
Llegó un nuevo momento de la verdad donde hay que actuar con coherencia, claridad y firmeza. 
Llegó nuevamente el momento del Objetivo Superior, el cual no puede ser otro que el país.



Es así entonces que el 5 de Enero llegó nuevamente la oportunidad de retomar con toda fuerza el mandato popular del plebiscito del 16 de Julio otorgado por más de 7.6 millones de Venezolanos.
Apelamos entonces a que los Colegas Diputados orientados por el mandato constitucional de la Libertad de Conciencia en el artículo 201 de nuestra texto constitucional, votemos por una nueva directiva que esté dispuesta a asumir este reto histórico. 
Estos no son momentos para pactos ni para repartos burocráticos, es el momento del país.



Yo voto por Venezuela.



Por eso, sin 5 de enero no habrá 10-E.

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