lunes, 24 de mayo de 2021

RICARDO MENDOZA, LA MANDOLINA FLORECIENTE


Por: Héctor Camacho Aular

   Venezuela, desde su fundación hasta el presente, siempre ha contado con la presencia de desatacados músicos a lo largo de su extensa geografía, quienes han engalanado el sentir patrio a través de inolvidables trabajos sonoros y cuyo legado ha servido como norte para la nueva generación de músicos venezolanos que se inician en el culto del sonido del alma y sus innovaciones. Dentro de éstos músicos llenos de creatividad y talento no podría dejar de nombrarse al mandolinista y compositor larense Ricardo Mendoza, nacido en Barquisimeto el 03 de abril de 1943. Sus primeros pasos en la música los recibe de su padre Emilio Vásquez, autodidacta en la ejecución de instrumentos de cuerdas y fiel admirador de los maestros Félix Palma, Trinidad Romero, Víctor Durán, Antonio Carrillo y Clemente Rojas. Más adelante, el inquieto Ricardo, ingresa a la Escuela de Música dirigida por el maestro Napoleón Sánchez Duque, con sede en la ciudad larense, donde  aprenderá  a tocar varios instrumentos de cuerdas. Con el correr del tiempo, Ricardo Mendoza haría de la mandolina su templo sagrado para dar a conocer con ella sus numerosas creaciones y, de paso, convertirse en un patrimonio viviente de la música popular  larense.

   Como compositor éste laureado músico ha realizado más de 1000 piezas en variados ritmos, dedicadas todas ellas a exaltar las bondades y triunfos de la mandolina. Entre sus obras más conocidas figuran: Lagunillas, Reina de Montaña, Panorama larense, Terepaima, La sombra de un amor, San Juan de Lagunillas, Serranías, Emilio Ramón, Rosalinda, Cascabeles, Gloria del universo, Lomas de Rio Claro, Andreína, Trampolín, Valles de Cuara, El  grillo, Pastor y su violín;  los bossa nova El hijo del Saltarín, Berta, Trío Tatuaje, Caicara del Orinoco, San Mateo de Maracay, Delipiani; los encendidos pasodobles: Isabela, Cumbres andinas y Villalón; los boleros, Ternura de amor y Félix Octavio, aparte de varios joropos, entre ellos, Portachuelos y Don Héctor…y muchas piezas más.

   Su pegajoso vals Lagunillas, ha sido grabado, con rotundo éxito,  por prestigiosas agrupaciones tanto a nivel nacional como internacional. Así tenemos que, a mediados de los años ochenta, el famoso grupo venezolano El Cuarteto, integrado por José  Antonio Naranjo (flauta), Miguel Delgado Estévez (guitarra), Raúl Delgado Estévez (cuatro) y Pedro Naranjo (contrabajo), lo incluirían en su álbum “El Cuarteto. El diablo suelto” (Sonogràfica, 1986). Más adelante, el destacado mandolinista Cristóbal Soto, graba también el vals  Lagunillas apareciendo en su CD: “Calle Real” (Buda Record, 1998).

   Ricardo Mendoza con su mandolina llena de sueños y realidades, ha logrado con éxito descargar en ella toda la fuerza creativa de sus emociones a través de ricas variaciones tonales,  lo cual hace de éste personaje un ícono de la composición y ejecución en dicho instrumento.  

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