domingo, 8 de julio de 2018

Enrique Ochoa Antich: La nueva unidad de la oposición debe basarse en el deslinde entre extremistas y demócratas

El dirigente político y directivo de JUNTOS La Venezuela que viene, se refiere a la salida de AD de la MUD
(Prensa Enrique Ochoa Antich) Enrique Ochoa Antich, directivo de JUNTOS La Venezuela que viene, afirmó hoy que la separación de AD de la MUD abre una nueva etapa en la conformación de la oposición venezolana.

-Hasta hace pocos días JUNTOS pensaba proponer a la Concertación que se le propusiese a la MUD una coordinación semanal, y así, más allá de las diferencias, poder acordarnos en puntos como alianzas electorales y protestas de calle, revela Ochoa Antich.

Pero ahora dice no saber si una propuesta como ésa tiene sentido o viabilidad. A su juicio, la MUD está pagando el costo de haberse separado de la ruta democrática al proponer la abstención para el 20M.

-Se está produciendo tal vez más cruentamente de lo esperado, el deslinde que algunos propusimos en 2014, recuerda Ochoa.

Ese año, luego de las criminales guarimbas impuestas como hecho cumplido por Voluntad Popular, María Corina Machado y ABP/Ledezma, varios voceros de la MUD, entre ellos Ochoa Antich, propusieron que AD, PJ y UNT conformaran una nueva alianza en todo comprometida con la ruta democrática: pacífica, civil, electoral, constitucional, dialoguista y ajena a tutelaje extranjero.

-Pero el unitarismo, es decir, convertir a la unidad en un fin en sí mismo, terminó por imponerse tratando de conciliar lo irreconciliable: voto y abstención, paz y violencia, diálogo y golpe militar, sanciones y soberanía, afirma Ochoa Antich.

Según su opinión, y como lo subrayó entonces, el costo de ese deslinde habría sido mucho menor entonces de lo que ha sido ahora.

-La candidatura de Falcón y la articulación de la Concertación por el Cambio, plenamente comprometida con la ruta democrática, y el llamado a la abstención de la MUD y ahora la separación de AD, son expresiones de ese deslinde tardío pero necesario, asegura el directivo de JUNTOS.

No duda de su importancia pero dice sin embargo que la unidad no puede ser convertida en un tótem.

-La unidad es algo deseable, reconoce, pero no asegura por sí misma el éxito: todos unidos, tomados de la mano, por el camino incorrecto, nunca llegaremos a la meta: lo fundamental es la estrategia que escojamos, no sólo la unidad.

Sostiene que en política a veces las sumas restan y las divisiones multiplican porque, como decía Mitterrand, la política y la aritmética no son hermanas gemelas.

Interrogado acerca de la conformación actual de la oposición, Ochoa sostiene que en ella coexisten tres modos diferentes de hacer oposición:
·      Una oposición es la extremista, la que, como propone Machado, busca “salir por la fuerza” del gobierno: se trata de una oposición que es siempre abstencionista, que nunca participaría de ningún diálogo, que acepta la protesta violenta, que propicia un golpe militar y/o una intervención militar extranjera: eso sí, su virtud es la coherencia: María Corina, por ejemplo, dice lo que piensa y hace lo que dice.

·      Otra es la democrática, que también es coherente, representada hoy por la Concertación por el Cambio, que siempre defenderá el voto como un instrumento principalísimo de lucha popular, siempre estará disponible para el diálogo y la negociación, que propicia la protesta social de calle pero pacífica, y que nunca favorecerá ni golpes ni invasiones extranjeras.

·      Y hay una tercera, la que representa la MUD, que Ochoa llama “oposición merengue”: un pasito para allá y otro para acá, que hoy se abstiene pero mañana participa, que va al diálogo pero se levanta intempestivamente de la mesa de negociaciones, que dice creer en la ruta electoral pero no le incomoda una salida militar nacional o extranjera: su principal defecto, como perciben los ciudadanos, sería la incoherencia.
-Si queremos pensar en un nuevo modelo unitario, propone Ochoa Antich, debemos aceptar, aunque resulte paradójico, que ahora la unidad debe construirse a partir del reconocimiento de este deslinde entre extremistas y demócratas, participacionistas y abstencionistas, pacifistas y violentos, dialoguistas y no dialoguistas, soberanistas e intervencionistas.

Concluye el directivo de la Concertación que cada partido y organización debe escoger de qué lado está, y, comprometiéndose todos a coexistir dentro del respeto y sin descalificaciones, dejar que el pueblo decida cuál de estas visiones determinará el rumbo de la oposición y del cambio político.

-La oposición ha probado en el pasado una enorme capacidad de recuperación: ya lo hemos hecho en el pasado y lo volveremos a hacer, concluye Ochoa Antich.

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