Las Ferias de Mayo de San Felipe, en especial, las realizadas a mediados del siglo XX, dejaron para el archivo histórico yaracuyano muchas anécdotas y experiencias que bien vale la pena evocar. Uno de estos momentos, fueron los vividos en la manga de coleo “Alberto Domínguez” ubicada, para entonces, en la segunda avenida de la ciudad, durante los días de competencia en dicho certamen. Allí los coleadores victoriosos montados en sus caballos recorrían la manga de punta a punta luego de cumplir su turno reglamentario, para exhibir en sus camisas las cintas multicolores impuestas por el palco de premiación al compás del acompañamiento de música festiva, interpretada por el conjunto contratado para la ocasión. Mientras tanto, el toro coleado y sudoroso era llevado nuevamente a su encierro, con la ayuda de la soga y la garrocha, por los competentes ayudantes de manga: José “Pelete” Parra y “El loco” Henry Espinoza.
Uno de los momentos más esperados para la diversión de los aficionados asistentes era la salida del furioso toro Alka-Seltzer, quién traía ya amarrado con una cinta roja en sus abultados genitales un atractivo billete naranja de Bs. 500. Inmediatamente, los jóvenes arriesgados de la época al sentir su presencia saltaban de la talanquera para tratar de quitarle, por diversos medios, el codiciado billete que llevaba colgado el rabioso animal. A medida que avanzaba el desafío, el aguerrido Alka- Seltzer botaba mucha espuma por la boca. Muchos fueron los osados frustrados que quedaron sin camisas y con los pantalones rotos, motivado a sus rabiosas embestidas. Mientras que otros vomitaban copiosamente al ser ensartados y tirados al aire por los filosos cachos del animal. En una ocasión, el incontrolable toro brincó la talanquera para ir a parar velozmente a las carpas ubicadas al frente de la manga, donde los apostadores de la feria jugaban ruleta y el popular bingo. Allí destrozó todas las mesas y con una enorme patada mandó la ruleta a la Cancha Popular que estaba al frente de los juegos. No contento con lo ocurrido, el violento animal siguió corriendo hasta llegar al lugar donde jugaban bingo, justo en el momento cuando “El espaturrao” Federico Gutiérrez estaba sacando la bolita del bombo y al enterarse de la situación, anunció :“Por la G, el número 49, acompañado de un toro que viene bien arrecho y acabando con todo. A correr se ha dicho”. A los pocos segundos, Alka-Seltzer con su rabia espumosa al máximo elevó con los cachos al bombo con sus bolitas, las cuales fueron a caer al pecho de un borrachito que en ese momento marcaba, por quinta vez, el número A-8 en la rockola del bar de la esquina, para escuchar el bolero Linda (“Yo no he visto a Linda/parece mentira/tantas esperanzas/que en su amor cifré/…”), quién sorprendido por lo ocurrido alcanzó a decir: “Parece que Linda volvió y me abrazó”.
Finalmente, los diestros encerradores del ganado de la feria lograron enlazar al espumoso Alka-Seltzer hasta lograr meterlo de nuevo a la manga.
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