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lunes, 27 de abril de 2020

Antonio Vivaldi y sus estaciones musicales

Por: Héctor Camacho Aular
   En la historia triunfal de la música clásica uno de los lapsos más productivos y llamativos fue el periodo barroco, que transcurrió desde el 1600 hasta el año 1750. Sería en Italia donde nacería éste movimiento y sería cuna también de los grandes maestros Amati, Guarneri y Stradivarius, fabricantes de violín y otros  instrumentos de cuerdas. Dentro de los músicos italianos del período barroco figuran: Tomaso Albinoni, Arcangello Corelli, Francisco Manfredini, Claudio Monteverdi, Domenico Scarlatti, Giuseppe Torrelli, Giuseppe Tartini, Pietro Locatelli y  otros más. Por supuesto, sin dejar de nombrar al sacerdote  de pelo rojizo Antonio Vivaldi conocido como “il prete rosso”, quién se distinguió como violinista, compositor, maestro de coros y conciertos, maestro de violín además de empresario teatral.
   Antonio Vivaldi, nació en Venecia el 04 de marzo de 1678. Años después, fue ordenado sacerdote en 1703, teniendo que renunciar a su magisterio al poco tiempo, por presentar frecuentes ataques de asma severa. Aún así, fue capaz de encontrar en la música su luz creativa que lo convertiría con el tiempo  en uno de los genios italianos del período barroco. En su abundante producción musical figuran más de 800 obras, donde resaltan alrededor de quinientos conciertos, obras sacras distribuidas en oratorios, cantatas y misas solemnes, además de componer varias óperas
   Una de sus obras más celebrada ha sido Las Cuatro Estaciones, realizada en 1721 y está  constituida por 4 conciertos, para violín y orquesta, dedicados a la primavera, el otoño, el verano y al invierno, respectivamente. A lo antes expuesto, hay que agregar que Vivaldi compuso varios conciertos dedicados a exaltar el sonido de otros instrumentos como el violoncello, la flauta, el fagot, la trompeta, el oboe, y la mandolina. En su grueso inventario creativo figuran muchas composiciones sacras como: Glorias, Magnificat, Dixil dominus, Stabat Mater, Vespro Principi Divino, Beatus Vir y muchas otras. Como si fuera poco, en su catálogo de piezas figura también la música de varias óperas como la de: Ottone in villa, Nerone fatto Cesare, Griselda, Orlando finto pazzo, La Silvia, Arsilda Regina di Ponto y otras más..
   En las composiciones de Antonio Vivaldi, según nos refiere el crítico musical Stéphane Friédérich, “cada frase es luminosa, precisa y equilibrada; las características de cada instrumento están explotadas al máximo; la riqueza de los temas parece inagotable ¿Cómo resistir al placer de escuchar esas melodías?…”. En tal sentido, “il prette rosso” quiso con su obra demostrar al mundo que la buena  música es uno de los caminos triunfales para agradar a Dios.
   Este ilustre compositor veneciano fallece en Viena, el 28 de julio de 1741.

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