Prensa UNEY - Luis Loyo.- La Universidad Nacional Experimental del Yaracuy (UNEY) celebra más de dos décadas de trayectoria universitaria y académica, recordando que el 29 de enero de 1999 se convierte en la primera universidad del estado, aquella que Freddy Castillo Castellano (+), su rector fundador, la concibió con ideas novedosas y atípicas dentro de las ciencias y las humanidades.
En esta ocasión, durante el acto central serán reconocidos no solo trabajadores y estudiantes, sino lo que significó la figura de Castillo Castellano para la institución, que lamentable e inesperadamente falleció el mes pasado, consolidando una universidad modelo, fundada bajo el patrimonio del saber y el valor de educar, la cual hizo conocer dentro y fuera del país.
El cronista de la UNEY, Antonio Rivero, señala que este tuvo la audacia de encargarse de esta casa de estudios en medio de profundos cambios políticos y sociales en Venezuela. Para Rivero, la personalidad, la audacia, la capacidad intelectual y de relacionarse hicieron posible la permanencia de esta casa de estudios nacida en ese contexto nacional, siendo orientada en sus inicios, por el poeta universal Rafael Cadenas y la poeta María Fernanda Palacios.
“El maestro Freddy Castillo Castellano representa el fundamento filosófico de la UNEY. Él concibió a la UNEY como la Universidad de la Cultura con tres principios fundamentales: integralidad, flexibilidad y pertinencia”, dijo Rivero.
La Ciencia de la Caballería Andante
La visión de universidad la dibujó Castillo en “La Ciencia de la Caballería Andante”. Allí describió lo que es una Universidad de la Cultura con una organización más horizontal que jerárquica, con equipos de trabajos, que en algunos casos, incluían a los estudiantes.
Esa visión logró establecer la filosofía de la institución, que, según él, hasta el día de hoy permanece, sobre todo, en los primeros estudiantes y docentes. Afirma Rivero, que una muestra de ello, es que han pasado más de 20 años y todavía la universidad mantiene el mismo Reglamento General de los primeros años de la UNEY, pensado en la gestión del Rector Fundador.
“Aunque la universidad que pensó Freddy Castillo Castellano quizás no fue comprendida en el principio y tuvo mucha resistencia gremialista y política, hoy se mantiene como un legado cultural y académico para la región y el país. La comunidad universitaria de la UNEY y Yaracuy tenemos mucho que agradecer a la bondad de la creación de esta institución para el estado”, sostuvo Rivero.
Dentro de la UNEY fueron muchos los que acompañaron su gestión y trabajaron muy de cerca, como la periodista Anairene Asuaje, quien documentó parte de su labor en uno de los mejores momentos de la carrera académica de Castillo. “Fue un maestro, con él aprendí a llevarme la literatura a todas partes con esas reflexiones únicas que hacía públicas a través de sus artículos, en conferencias, en programas de radio; siempre fue una verdadera autoridad en la educación venezolana”, dijo Asuaje.
Por su parte, Verónica Pérez Traviezo, cuenta que fue su jefe por dos años, pero bastaron para contagiarse del amor hacia esa universidad de la cultura que tanto conocimiento y cariño legó.
La UNEY desde su fundación ha mantenido la concreción de un sueño: contribuir desde su seno a la formación de profesionales cónsonos con la realidad y con las demandas del país y, por supuesto, de la región, aportando al desarrollo de esta Entidad Federal y al gentilicio yaracuyano, porque muchos de los profesionales que hoy lideran procesos en diversas organizaciones tanto en Venezuela, como en el mundo, fueron formados en estas aulas.
Tanto los docentes e investigadores como los estudiantes han generado innumerables propuestas que aportan mejoras significativas a numerosas comunidades, haciendo una realidad la interrelación de la Universidad con el pueblo, para dar respuestas a sus necesidades más sentidas.
Asimismo, el personal docente, administrativo y obrero ha hecho su aporte y se ha integrado al compromiso de esa visión humanista que alberga la institución desde su génesis, la cual se ha trasladado de generación en generación formando parte de su historia.
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