Por: Héctor Camacho Aular.
El distinguido cantante Alfredo Sadel, en su trajinada vida artística, alcanzó la dicha de incursionar tanto en la música popular como en el exigente escenario del bel canto, demostrando, en ambas facetas, un honroso sentido interpretativo. Su formación académica musical la inicia en los años 50, en la Escuela de Música “José Ángel Lamas”, donde tuvo como docentes, en teoría y solfeo, a Víctor Guillermo Ramos y en composición y armonía a la yaracuyana Blanca Estrella de Méscoli. Años más tarde, viajaría al exterior para recibir cursos avanzados de canto con León Cheparo en los Estados Unidos. Luego, en Austria, con los profesores Edna Thiesen ,Max Lorenz y Bernard Paunagarther. Finalmente, en Italia con el maestro Nino Piccaluga.
En el año de 1961, hace su debut como cantante lírico en el Teatro Nacional de Caracas interpretado la zarzuela “Los Gavilanes”. Al año siguiente, se presenta en el Carnegie Hall de Nueva York, donde interviene, como tenor lírico, en la zarzuela cubana “Cecilia Valdés” en el papel de Leonardo de Gamboa, obteniendo acogedor éxito. Seguidamente, en 1963, en el Teatro Colón, de Buenos Aires, estrena en suelo latinoamericano el Oratorio de la Misa, en re menor de Haydn, acompañado por la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. A partir de allí, iniciaría una larga gira internacional, como tenor lírico, por los exigentes escenarios del bel canto en diversos países, entre ellos: Alemania, Austria, Bulgaria, Canadá, Colombia, Cuba, España, Estados Unidos, Francia, Hungría, Italia, México, Perú, Rusia, Suiza y Yugoslavia.
Alfredo Sadel a lo largo de su carrera por el mundo del bel canto logró actuar, con su resaltante timbre de voz, en la presentación de varias óperas famosas, tales como: “Tosca “(Giacomo Puccini), “La Traviata” (Giuseppe Verdi), “El Barbero de Sevilla” (Rossini), “ El Buque Fantasma” (Richard Wagner), “Carmen” (Bizet), “Don Pascuale” (Pietro Donizelli), “Don Giovani” (Mozart), “Caballería Rusticana” (Piero Mascagni), “Rigoletto” (Giuseppe Verdi), “La Bohemia” (Giacomo Puccini), “Lucía de Lammermoor” (Rossini) y otras más, demostrando con su vocalización su gran talento pletórico de triunfal naturalidad. De allí que, el escritor Hugo Álvarez Pifano, en su documentado libro “Cantantes Líricos de Venezuela” (Fundación Arts Wold Millenium, Caracas 2010), no vacile en afirmar que Sadel “…fue un tenor lírico, dotado de una bellísima voz de timbre pastoso y cálido, un tanto velado en la zona grave, pero brillante y gallardo en su registro medio y agudo. Poseía un impecable fraseo y una forma elegante y desenvuelta de decir su canto”.
Es de resaltar a lo expuesto, que Alfredo Sadel dejó grabado para su historia musical más de 85 discos de larga duración con un repertorio de más de 800 piezas , donde aparecen incluidas más de 30 grabaciones dedicadas al canto lírico, muchas de ellas grabadas en sus presentaciones en vivo.
Alfredo Sadel, para muchos de los entendidos, es el cantante más completo que ha tenido nuestra patria Venezuela.
-Muy bueno tu artículo.
ResponderEliminarAlfredo Sadel tiene el mérito de haber sido primero cantante de música popular exitoso, y luego subió a cantar óperas también con mucho éxito, cuando la mayoría de los tenores hacen al revés: primero cantan ópera y luego bajan a cantar la música popular
-En el canto popular, la versión de Sadel del bolero "Vereda tropical" de Gonzalo Curiel, con la orquesta de Trigo Tucci, es considerada la más perfecta que existe.
-Su canto era tan perfecto, que muchas canciones resultaron ser más bellas de lo que realmente eran en la voz de Sadel....
Yovani Barragán Z
OJO: es Terig Tucci
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