El 23 de enero de 1958 marcó un hito en nuestra historia
contemporánea, donde se derrocó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y se le
dio paso a la democracia participativa y protagónica. Fecha respetada por todo
venezolano que se precie; pero este régimen “socialista”, desde que se
instauró, solo ha procurado desvirtuar la historia y manipularla a su
conveniencia.
Es
increíble ver como este gobierno hace cualquier cosa por tratar de distraer la
atención y de olvidar fechas como esta, así lo vimos el pasado 23 de enero,
cuando llevaron al Panteón Nacional a Fabricio Ojeda, afirmando que este es el
“primer líder” que yace en el Panteón, lo que hace ver que vendrán muchos más.
Ante
esto lo primero que debemos de preguntarnos es: ¿Por qué no han hecho eso con
Hugo Chávez?, de quien por cierto, hoy tenemos dudas si se encuentra en su
ciudad natal o excepcionalmente sobre este caso, el gobierno ha dicho la verdad
y si se encuentra en el llamado Cuartel de la Montaña.
Nos
llama la atención que hoy pretendan meter a cualquier ciudadano en un lugar
sagrado como lo es el Panteón Nacional, y más cuando hay una larga lista de
venezolanos probos que merecen, o al menos tienen más méritos que Ojeda; tal es
el caso del científico Jacinto Convic, o como Simón Díaz que es icono del
folklore venezolano, o yendo a un ciudadano ejemplar recientemente fallecido,
como lo es Renato Capriles.
Si
tomamos en consideración los argumentos de esta “revolución”, tendrían que
apartarle un espacio a ex guerrilleros como Pompeyo Márquez, Douglas Bravo,
Gabriel Puerta y Teodoro Petkoff, pero estoy seguro que eso no ocurrirá bajo
ninguna circunstancias porque estos venezolanos no están de acuerdo con
este denominado “socialismo del Siglo XXI”.
Da
tristeza que se hayan quedado anclados en el siglo XIX, cuando estos mismos ex
guerrilleros revolucionarios o no, vivos o fallecidos, pasaron de alimentarse
en la selva a comer en los mejores restaurantes del este de la ciudad y a tomar
whisky 18 años.
Otro,
que de acuerdo al criterio del régimen tiene su lugar reservado en el Panteón,
es José Vicente Rangel, quien por cierto fue uno de los diputados que integró
la comisión en la época que investigó la muerte de Fabricio Ojeda, en donde
dichos resultados arrojaron que ciertamente este se suicidó. Sería bueno saber
que nos puede decir, el hoy militante de este proceso al respecto.
Además,
hay que recordar un poco de historia, y entre otras cosas, quiero traer a
colación que en el año 1962, Fabricio Ojeda renunció a su diputación para irse
a la guerrilla, y los motivos fueron los mismos que hoy están sucediendo en
nuestro país: tortura, corrupción, persecución, irrespeto a los DDHH, sumado al
hambre y a tantos otros males, que solo son posible en esta denominada Patria
de Chávez-Maduro-Cabello.
Por
ello, debo decir que hoy más que nunca, si algo está vivo de Fabricio es su
lema de “luchar hasta vencer”, y en nuestra Constitución está claramente establecido
y permitido en sus artículos 333 y 350.
Analizando
estas cosas, me pregunto si será una señal que está enviando el propio gobierno
a que nuestro pueblo se levante, basado en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela en los precitados artículos.
Lo
cierto y lamentable de todo este parapeto, de movilizar los restos de un
venezolano que hoy consideran “prócer” al Panteón Nacional ,genera un gasto
innecesario a la nación, cuando realmente hay una “Emergencia Económica”, donde
ciudadanos inocentes están muriendo por faltas de medicinas e insumos médicos,
de alimentos y entre otras calamidades; aquí mi crítica va dirigida al
despilfarro del erario público y la estrategia de un gobierno que solo persigue
tapar sus constantes errores gastando más dinero que serviría para resolver
prioridades en el país.
Dip. Omar Ávila
Twitter, Instagram y Periscope: @omaravila2010
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