https://www.pinteres |
Por: Héctor Camacho
Aular.
Los grandes
escenarios de la música tropical bailable del siglo XX, fueron testigos del
desfile de una legión de artistas famosos poseedores de un talento nato para
expresar con naturalidad sus sentimientos, emociones y excentricidades, en cada
una de las actuaciones que realizaron, dejando además para la historia una firme constancia discográfica con todos sus
éxitos. Personajes como los nombrados siempre serán venerados, con admiración y
respeto, por los seguidores de su arte.
El cubano Bartolomé Maximiliano Moré,
quién nació en Santa Isabel de las Lajas, provincia de Las Villas, el 24 de
agosto de 1919, es un ejemplo de lo antes expuesto. Descendiente de una familia
muy humilde, desde niño sintió atracción por la música popular llegando a formar parte de
varios grupos musicales en su festivo pueblo lajero. Formalmente, comienza su
meteórica carrera artística en el año de 1945, cuando es contratado, como
cantante, por el Conjunto de Miguel
Matamoros para realizar una gira musical por varias ciudades de México, logrando
además grabar con ellos los temas:
Penicilina, Malos vecinos, Ofrenda Criolla y Mexicanita. Para entonces su
nombre artístico era Bartolo Moré.
Más adelante, en
1948, ingresa a la innovadora orquesta de Dámaso Pérez Prado, con quienes
grabaría más de 60 discos, ésta vez con el nombre artístico definitivo de Beny
Morè “El Bárbaro del Ritmo”, que usaría en su carrera por la música tropical
bailable llevándole a ocupar un sitial de honor. En la década siguiente, de
regreso a Cuba, forma su propia orquesta con el nombre de la Banda Gigante,
quienes hacen su debut el 3 de agosto de 1953, en un programa musical
transmitido por la emisora CMQ Radio. Con su agrupación viajaría, con
frecuencia, por varios países latinoamericanos, manteniendo siempre la
costumbre de utilizar en sus shows un enorme bastón para dirigir la agrupación.
Fueron muchas las
grabaciones realizadas por Beny Moré “El Bárbaro del Ritmo” y entre tantas
figuran: Maracaibo oriental, Me gusta más el son, Camarera del amor, Mata
siguaraya, Donde estabas tú, Como arrullo de palmas, Oh vida, Como fue,
Ensalada de mambo, Locas por el mambo, Mucho corazón, El cañonero y muchas
otras. En su extensa discografía resaltan también varios temas de su autoría, entre ellos: Que
bueno baila usted, Santa Isabel de la Lajas, Se te cayó el tabaco, Bonito y
sabroso, Perdí la fe, Mi amor fugaz, Santiago de Cuba, Dolor y perdón y otras
más. Además hay que mencionar los boleros Obsesión y Perdón, (ambos de Pedro
Flores) grabados a dúo con Pedro Vargas, así como también el tema Alma libre
(Juan Bruno Tarraza), llevado al acetato junto el tenor venezolano Alfredo
Sadel en el año 1955, en La Habana.
Beny Moré, fue
todo un genio fecundo de la música popular bailable el cual supo aprovechar, con
éxito, estas cualidades dondequiera que logró presentarse. Su nato fraseo para cantar
y sus acertadas improvisaciones hicieron de él un personaje inolvidable a la
hora de interpretar mambos, boleros, sones, guaguancó y guarachas. Uno de los
grandes admiradores de su arte fue el poeta venezolano Víctor Valera Mora,
quién en su libro Amanecí de Bala
(Editorial Cabimas, 1971), le dedica el encendido poema: “Por aquí pasó Beny
Moré/ y le metió candela/ a Beethoven a Mozart a Vivaldi/ los Beatles se salvaron
porque le hablaron/ largamente de algo parecido a la caída de un reino/…”.
Beny Moré, fallece
en La Habana, el 19 de febrero de 1963.
No hay comentarios:
Publicar un comentario