Prensa Uvivzla, 03/03/2020.- El diputado a la Asamblea Nacional por el estado Miranda, Omar Ávila, en su intervención de en el Hemiciclo, lamentó que en Venezuela se presenten cifras alarmante de pobreza extrema.
“Lamentablemente, pareciera que el país está compitiendo por encabezar los rankings más vergonzosos del mundo; en esta oportunidad vemos con estupor que esta revolución encabezada por Nicolás Maduro alcanzó niveles de pobreza de 61,2%”. Dijo Omar Ávila.
Recalcó que 9,3 millones de venezolanos se enfrentan a deficiencias alimentarias significativas, de acuerdo con datos publicados recientemente por el Programa Mundial de Alimentos. “2,3 millones más, que la cifra del año pasado; números que ratifican, por qué, a pesar de la burbuja – que denomino como twiterzuela- en la que viven algunos, hizo que en el 2019, casi un millón de venezolanos más abandonaran el país. Actualmente se maneja la cifra de casi 5 millones de venezolanos que han emigrado”.
Agregó que ya son cinco años en la que la situación de hambre y diáspora ha ido creciendo a niveles jamás vistos en el país con un salario mínimo oficial, en el que una persona necesita trabajar 3 meses para poder alimentar a su familia un día.
Recordó que hace una semana, el régimen celebraba frente al Capitolio los 31 años de haberse producido El Caracazo, “y es que el cinismo de ustedes no tiene límites, conociendo cómo va palo arriba la inflación en nuestro país, siendo esta la más alta del mundo, sin dejar de lado la existencia de la mayor pobreza y desnutrición de toda nuestra historia, sumado a un salario de hambre que no llega a 6$, cuando en el 89 era el equivalente a 118$”, exclamó Ávila dirigiéndose a la bancada oficialista.
Recalcó que decir que la “desgracia” económica de Venezuela es producto de las sanciones impuestas por el gobierno de Donald Trump, “es una demostración de necedad, pero decir que las sanciones no empeoran la desgracia económica, es una demostración de ignorancia”.
En ese particular hizo hincapié, en que la polarización, el extremismo y el fanatismo no les permiten reconocer lo obvio, tanto a los del lado de la oposición como a los seguidores del oficialismo.
“El asunto aquí está claro: Venezuela es una ficha de negociación en el tablero geopolítico; Venezuela es a Rusia lo que Ucrania es a EEUU. Esto gracias a que la dupla Castro-Chávez convirtieron a nuestro país en una pieza de intercambio”.
Consideró que actualmente, la economía de Venezuela está dividida en dos, “con 2 presupuestos: el interno y el externo, donde recursos como los de Citgo, Monómeros, así como depósitos en bancos y oro, en la práctica ya no le pertenecen al país”.
Manifestó que recientemente el diputado Juan Guaidó, “creó un fondo de 40 u 80 millones de dólares; ni él mismo sabe de cuánto dinero va a disponer, para aumentar la burocracia paralela, cuando lo justo es que la usara para la ayuda directa a los venezolanos, atendiendo la crisis migratoria”.
En ese particular aseveró que “los dos grupos de poder solo están hambrientos de riquezas, y con las intenciones de seguir saqueando a Venezuela. Es decir, el gobierno perverso, autoritario y hegemónico de Nicolás es enemigo del pueblo de Venezuela, a la cual saquea y destruye. Igualmente, el ‘otro gobierno’ -el de Guaidó- también es enemigo del pueblo solicitando invasión y sanciones que ayudan a Maduro a matar de hambre y miseria a los venezolanos”.
Acotó que justamente “ese hambre de poder” fue lo que dio origen a aquel estallido social del ‘89, “fraguado por una izquierda hambrienta de poder y una élite que amparaba el discurso de la anarquía. Esos hechos se quedan en pañales con lo que estamos viviendo actualmente en el país; El Caracazo es una fecha gris de la historia venezolana, que marcó el inicio de la decadencia y la anarquía que aún persiste y que nos ha conducido hacia la quiebra de nuestra economía, fue un evento que cambió la vida de los venezolanos. Por ello, vemos con preocupación, y queremos advertir que tememos a que se repita ese episodio con mayores repercusiones, por eso instamos a la dirigencia política a dejar de seguir cometiendo errores por las ansias de poder y articularse en torno a un fin común: que no es otro que trabajar por el bienestar social del país”. Concluyó Omar Ávila.
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