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lunes, 29 de noviembre de 2021

CARPINTEROS Y EBANISTAS DE SAN FELIPE Y SUS ALREDEDORES

 

Por: Héctor Camacho Aular. Fotografía: Don Rafael Mogollón, carpintero y ebenista (Cortesía de una de sus hijas, Yolanda).

   Desde hace mucho tiempo el trabajo incansable y admirable de los carpinteros y ebanistas se ha hecho sentir, en todas las regiones pobladas de nuestro planeta. Esa mística y dedicación ancestral, para convertir la madera en luminosas obras de arte, ha hecho de estos artesanos, personas muy distinguidas en la comunidad donde prestan sus servicios. Por eso la memoria de los pueblos nunca olvidará sus trabajos realizados ni a sus protagonistas. Nuestro dinámico acontecer histórico yaracuyano tiene archivado sus andanzas y sus logros, en espera de una sincera divulgación. Así tenemos que, para el año de 1710, según nos narra Nicolás Perazzo en su libro Historia del estado Yaracuy, figuraba entre los primeros pobladores de San Gerónimo de Cocorote y sus alrededores, el carpintero Simón de Alarcón. Más adelante, en el censo de 1717 ordenado por el gobernador de la Provincia de Barquisimeto, don Marcos Betancourt y Castro al alcalde don Santiago de la Parra y por éste, a su vez, al capitán don Santiago Torres, aparece entre los moradores del Valle de Tamanavare, el oficial de carpintería Simón Mejía y entre los habitantes de la Quebrada de Cocorote, el pardo Gracián de Sequera con el mismo oficio.


Cuando es elevada a la condición de Ciudad la población de Cerritos de Cocorote, el 6 de noviembre de 1729, y adoptado el nombre de San Felipe El Fuerte, el 1 de mayo de 1731, comienzan a aparecer un grupo de artesanos dispuestos a embellecer la joven urbe y  entre ellos surgen los primeros carpinteros formales de muebles y trabajos finos, a quienes el pueblo los bautizará como ebanistas y los contratará, en la medida de sus posibilidades económicas, para embellecer tanto el exterior como el interior de sus casas.


La ciudad de San Felipe en los primeros años del siglo XX, contaba con la presencia del polifacético maestro de juventudes Fermín Abdón Ramírez, quien impartía clases en su Escuela de Música a sus alumnos para luego integrarlos a la “Banda Ramírez”, agrupación encargada de amenizar las retretas los domingos en el Parque Junín, además los instruía en conocimientos prácticos de carpintería y ebanistería. En la década de los años veinte, el destacado músico Rafael Limardo, uno de los alumnos aventajados del maestro antes señalado, funda y dirige la Escuela de Artes y Oficios, situada, para entonces, en la calle 14, entre las avenidas 4y 5, donde enseñaba con estricta disciplina carpintería, ebanistería y espejería además de lecciones de música para aprender a tocar instrumentos de viento, violín, piano y percusión. De esa prestigiosa promoción egresarían: Manuel Alvarado, Policarpo Alvarado, Efraín Linares, Tomás Ramón Barranco, Agapito Domínguez, Emilio Mendoza, Napoleón Lucambio y otros más.


   Con el correr de los años, en la capital sanfelipeña, surgió un grupo llamativo de destacados carpinteros y ebanistas que rápidamente adquirieron prestigio por la calidad de sus trabajos. De esa época dorada de la madera fina, resalta por la labor destacada Hermógenes Portillo (experto en la confección de lujosas urnas de fino acabado y de atractivos sombreros de madera pulida), Andrés Joaquín Iglesias, Pablo Valles, Martín Torrealba, Sabas Rangel, Ramón Planas, Nicomedes Mogollón, Rafael Mogollón, Francisco Caracciolo Piñero, Gerónimo Piñero, Tomás Véliz, Marcos Sevilla, Enrique Rodríguez, Pedro Rodríguez, Nicolás Rodríguez, Ramón Lugo, Juan de la Cruz Aular, Rafael Palavicini, Juan Luís León, , Jesús Pelayo (especialista en fabricar bateas para juegos de invite y azar), Miguel Vadel, Luis Serrano (instructor en la cátedra de fabricación de instrumentos de cuerdas, en el Centro de Cultura Popular “Don Teófilo Domínguez”), Juvenal Arias, entre los más nombrados.


A comienzos de la década  de los años cincuenta, llega a San Felipe un grupo de inmigrantes de distintas naciones con el propósito de laborar en diversas ocupaciones, en sana competencia y armonía con los trabajadores sanfelipeños establecidos. De esta manera, ingresan los primeros artesanos extranjeros de la carpintería y la ebanistería, quienes ya traían conocimientos adquiridos en su país de origen, tal es el caso del húngaro Joan  Scott, quién llega a la ciudad en el año de 1950, y el de su paisano, Jean Lozsan con amplios estudios y experiencia en el ramo, adquiridos en Hungría, logrando transmitirlos, con honor y mérito, a sus hijos Eugeng, Jofet y Fransoif Lozsan; de la romántica Italia, vienen a prestarnos servicios  los expertos: Giuseppe Tramuta, Doménico Mónaco y Angelo Restivo; de Ucrania, el dinámico Garis Kanibolockys Jalanska; y de la región árabe Fause Eastman.


En los años treinta, en la población de Cocorote, era muy buscado para trabajos de carpintería y ebanistería don Gaspar Camacho, quién tenía su taller enfrente de la Plaza Bolívar. Muchos años después, adquiriría renombre en la región Alexis Piñero. Con el tiempo, un grupo selecto de artesanos de la luthiería, entre ellos, Juan Peña, José Ramón Arenas, Bartolo Cordero y Víctor Carrera  establecieron su centro de operaciones en tierras cocoroteñas, donde se dedicaron a fabricar inigualables cuatros, guitarras, mandolinas y arpas, de un acabado ebanístico de primera y con una sonoridad exquisita muy bien lograda, obteniendo con el tiempo fama y prestigio tanto en la  región como en el resto del país, por la calidad de sus instrumentos  musicales elaborados.


No cabe duda que estos soñadores de la  madera fina y sus asombros, seguirán sin tregua trabajando y dispuestos a enfrentar los nuevos escenarios de sus andanzas por el arte de la carpintería y la ebanistería. 

5 comentarios:

  1. EXCELENTE, que orgullo familiar... Rafaelito Mogollón mi abuelo y Nicomedes Mogollón mi tío...

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  2. Excelente .buen escrito hermano.saludos.

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  3. Así es el compadre Rafael Mogollón de los mejores carpinteros de San Felipe, sus trabajos siguen embelleciendo muchos hogares n nuestra ciudad y protegiéndonos.

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  4. Excelente, que buen escrito mi Estimado Tico.. Saludos desde Lima...

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