SOFTBALL YARACUYANO

Por: Héctor Camacho Aular

   El deporte del softball fue creado en 1887 por el reportero George Hancock, en Chicago, Estados Unidos. En 1940, comienza a practicarse en Venezuela en los campos petroleros. A partir de allí, el juego de la pelota suave es llevado, poco a poco, a todos los estados del país. En el estado Yaracuy, el primer  torneo organizado  de este deporte se realiza en San Felipe en 1964, en el campo deportivo del Colegio “Fray Luis Amigó”, con la participación de los equipos Colegio Médico, K-Listo, Teléfonos y Guardia Nacional.

   A la histórica competencia se presentó el equipo Colegio Médico, con los galenos: Pedro Manuel Rivas, Nicolás Capdevielle, Agustín Martínez, Pablo Emilio Mendoza, Vicente Fernández, Juan Sánchez Bustamante, Rubén Villalba, Antonio Arismendi, Saúl Parra y Manuel Camejo, con los refuerzos José Luis Ramírez, César Vethencourt, Freddy Camacho Haack y Rafael Gutiérrez Tarrau. Por su parte, el electrizante K-Listo, tenía en su roster a Carmelo Aular (manager y paracorto), Carlos Guevara, Carlos Castillo, Ramón Ortíz, Serapio Guédez, Francisco Díaz “El embudo”, Trino Mendoza, Silverio Agatón, Francisco Prado, Claudio Muñoz “Puntica é cacho”, Pedro Ochoa, Tito Aparicio, Francisco “Chicón” Ramírez y Luis Rodríguez Camacaro, el popular “Luis Garranchán”. Mientras tanto,   el fogoso Teléfonos, con su franela blanca con letras azules, tenía en su line-up a: Guillermo “Memo” Dávila (manager y lanzador), Víctor Castillo, Efrén Ibarra, Luis Ibarra, José “Rabito” Rabán, José Martínez Zapata, Francisco “Chiconel” Castillo, Oswaldo Torrealba, Antonio Castillo, Félix “Ronco” Perdomo y Alfredo Goyo. Para cerrar, el equipo militar de Guardia Nacional, dirigido por el capitán Jesús Vargas Chirinos, con su escuadra conformada, entre otros, por: Higinio Vale, Manuel Padilla, Juan Gómez, José Loyo, Luis Celestino Guerra, Rafael Cortez Yajure, Luis Sarache, Julio Sevilla y Alberto Riera Álvarez. En éste  primer torneo, resultó campeón el equipo Guardia Nacional,  quien venció al aguerrido equipo K-Listo. Luego vendrían otros torneos organizados del softball yaracuyano en las mismas instalaciones deportivas, siendo reseñados por la  prensa regional y en la revista nacional “Luciérnaga” de la Compañía Luz Eléctrica de Venezuela, en sus ediciones 29 y 33, correspondientes a los años 1964 y 1965, respectivamente.

   El softball yaracuyano sabatino atraía mucho público  a los juegos donde también se  podía disfrutar de las ocurrencias de fino humor que allí sucedían. Una de éstas, fue la vivida en un juego de K-Listo, cuando salió a batear “Luis Garranchán”  y terminó ponchado, sin tirarle, con una bola alta y afuera, por el umpire Rafael D’Hoy. Inmediatamente, el voluminoso jugador visiblemente indignado protestó y, de inmediato, comenzó a perseguir al árbitro con el bate en la mano. El umpire, para asombro de los presentes, corrió rápidamente hacia la primera base dejando caer, muy cerca de la base, su careta negra protectora  para intentar  que el jugador  se tropezara y cayera. Como no ocurrió, siguió velozmente hacia segunda base y, en el  preciso momento cuando arribaba a la almohadilla, se le  deslizó de barriga, sumamente furioso, el jugador Luis Garranchán con la intención de atraparlo,  lográndole destrozar por completo el abultado peto azul. Ante tal situación, Rafael D´Hoy  despojado completamente  de sus aperos arbitrales, siguió muy nervioso hacia la  tercera base para luego  doblar muy agotado hacia al home y al llegar  sentenciar con voz firme: “Estás ponchao y expulsao Garranchán”. Terminado el juego, jugador y árbitro limaron sus asperezas, para ser celebradas con aplausos por el público presente. A fin de cuentas, los protagonistas del show, eran amigos de la infancia y vecinos del barrio El Panteón.

   Los torneos de softball realizados en el Colegio “Fray Luis Amigó” duraron  hasta  finales de los años sesenta. Después, llegarían los candentes encuentros  de softball  “caliche”, organizados por el dinámico profesor Félix “Ronco” Perdomo en el campo privado  del fanático y jugador Juancho  Martínez. Finalmente, vendrían los torneos entre equipos conformados por profesionales universitarios, celebrados en el campo de CEPROYARACUY  de la ciudad. Pero eso será  otra historia digna de contar.