Recién se cumplieron 25 años del golpe fallido
encabezado por Hugo Rafael Chávez Frías, aquel 4 de febrero de 1992; fue un
atentado contra la república civil. Revisando la historia y volviendo
un poco la mirada hacia atrás, solo llego a la conclusión de que ha sido un
cuarto de siglo de retroceso avalado entre discursos y consignas, mientras nos
niegan el preciado derecho de vivir en libertad. Con ese intento de golpe
de Estado, comenzó la violencia, el odio, la división y represión. Sus frutos:
Un país destruido en donde manda el hampa.
Lamentablemente se instauró un régimen que no les
fue suficiente con robarse los miles de millones de “petrodólares”, producto de
la mayor bonanza petrolera que hayamos tenido en la historia de nuestra
Venezuela, sino que además, endeudaron a PDVSA y a la República, con el único
objetivo de tener aún más dinero que robar y despilfarrar en demagogia
populista para la destrucción de un país que se encontraba en vías de
desarrollo.
Ese 4 de febrero los venezolanos conocimos al
responsable directo de todo este desastre que queda de país, principalmente en
materia económica, política, social y moral. Ese día se inició el camino hacia
la mayor desgracia que hemos tenido y que nos ha llevado a la hambruna,
miseria, pobreza e inseguridad que estamos atravesando.
Haber dejado que un golpista frustrado sin
experiencia, sin conocimiento y un alto grado de soberbia manejara a todo un
país y sus riquezas como un botiquín, trajo como consecuencia una nación con
una economía devastada, una devaluación constante de la moneda y de una
hiperinflación que pulverizó cualquier salario. Todo eso llevó a que hoy en día
estudiar, prepararse profesionalmente y salir al mercado laboral no tenga
motivación ni sentido; donde las misiones de antes, y los CLAP de ahora, hace
que muchos vean innecesario buscar trabajo ya que “papá gobierno” seduce con la
esperanza de mantener vagos y pillos con el erario público.
En los últimos meses del año pasado se comenzó a
hablar de diálogo y rectificación, pero no vemos voluntad ni adelanto en el
tema, más bien todo lo contrario. Ya se fue enero y los venezolanos seguimos
esperando que convoquen al menos las elecciones regionales, que no solo están
en mora, sino que las anunciaron desde el pasado 18 de octubre, justo un día
antes de que nos robaran el referendo revocatorio.
Muchos “cambios” ha hecho Nicolás Maduro y todo
sigue igual, desde el presidente del Banco Central de Venezuela, pasando por la
directiva de PDVSA, cambios ministeriales, en fin, como dice el dicho: el mismo
musiú con diferente cachimbo, así lo demuestra los “nuevos” gobernadores
nombrados a dedo, que me hace preguntarme: ¿Dónde queda el voto?
Indudablemente que así nada va a cambiar, todo va a
seguir de mal en peor, donde el dólar paralelo va subiendo lento, pero seguro,
aun cuando el gobierno prometió que con la “medida” de eliminar el billete de
100 bolívares lo pulverizaría. Sin embargo vemos que el maltratado marroncito
sigue aunque devaluado “vivo”, y lamentablemente hoy en nuestra Venezuela lo
único que tenemos más depreciado que nuestra moneda es la palabra del gobierno.
Otra prueba de ello es haber escuchado en días
pasados a la Fiscalía pedir suspender y bloquear a Dólar Today, situación que
contradice abiertamente al gobierno, que había dicho de manera clara y
enfática, que esta página referencial para saber en cuánto se cotiza la moneda
norteamericana en la frontera, había sido liquidado por las nuevas casas de
cambio fronterizas.
A decir verdad, una sola cosa cambió en este
gobierno, y es que Maduro confirmó que abandonó su cargo, traspasándole sus
incompetencias a Tareck El Aissami. ¿Qué habrá detrás de todo esto? Amanecerá y
veremos.
Dip. Omar Ávila
Twitter, Instagram y Periscope: @omaravila2010
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