Por: Héctor Camacho
Aular.
Hablar de los abuelos y sus andanzas nos
lleva a evocar, con alegría y orgullo, todas aquellas enseñanzas que recibíamos
en el fogón de la cocina para luego ser compartida con la familia al momento de
degustar la rica comida casera y terminar con otros sabios consejos que nos
daban, en horas de la noche, justo en el momento cuando “salían a coger fresco”
con su silla recostada de la pared, que ubicaban a los lados de la puerta
principal de la casa.
Desde muy pequeños, nos fuimos nutriendo de la sabiduría de
aquellos ejemplarizantes refranes que a pesar del tiempo hemos mantenido frescos
y vigentes en nuestra mente contemporánea. Por eso no es de extrañar que,
acudamos con frecuencia al “cyber” de los recuerdos, para deleitarnos con aquellas
sentencias de “cuando las culebras caminaban pará”, entre las que destacan : Una
mano lava la otra y las dos lavan la cara, Júrgate, Muchacha séntate bien que
se te ve el entresijo, Soco vos, Si como nié, Usted lo que tiene es culillo
verde, Tronquín coñin, Estás firifirita, Algunos creen que la luna es pan de horno,
Como un trinquete, Con tan buena voz y mandando a cantar, Te andaban buscando
como palito é romero, Y se tiró tres, Parcho y pega, No hay mal que por bien no
venga, Sabrá pepe, Es una piedra azul, Más lento que un desfile de cojos, Sapo
vuela si gavilán lo eleva, Loro viejo no aprende hablar, La vaca negra la noche
oscura y yo no veo, Le dan con el codo y
aprieta la mano, El diente que le faltaba al peine, Pa´bachaco chivo, No
importa que sea chingo con tal que respire bien, Buscando a Dios por todos los
rincones, El hambre no da una sola vez, El que menos puja bota una lombriz, Plátano
maduro no vuelve a verde, La masa no está pa´bollo, Se subió la gata a la
batea, Estás muy esquífero, Patica pa´que te tengo, Se la pasa refunfuñando
todo el tiempo, Le sabe a covalonga,
Cuando la limosna es grande hasta el santo duda de ella, El cochino busca el
barro, Cuando hay santos nuevos los viejos no hacen milagros, Tu cosechas lo
que siembras, entre muchas otras más.
A lo antes expuesto, habría que agregar
aquellos refranes inspirados en los títulos de varias guarachas grabadas, por
la Billo´s Caracas Boys, en disco de 78 rpm como: No si así es que es qué,
Neurasténico, Tírame la pelotica y Cuando florezcan las amapolas, las cuales
disfrutaban nuestros abuelos oyéndolas en los viejos tocadiscos. Además, ésta misma
orquesta grabaría el LP “Billo en Colombia” (Fonograma, 1964), donde aparece El
refranero interpretado por el guarachero
Cheo García, reforzando musicalmente aún
más todo lo antes señalado.
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