Por: Héctor Camacho Aular.
Agustín Lara, conocido en el
ambiente artístico como “El flaco de oro”, fue uno de los compositores más
exitosos de la música popular latinoamericana del siglo XX. Nació en la ciudad
de México, el 30 de octubre de 1897. En la extensa obra de éste músico y poeta
figuran alrededor de 700 composiciones, entre ellas: Amor de mis amores, Cuando
vuelvas, Cada noche un amor, Veracruz, Señora tentación, Humo en los ojos,
Palabras de mujer, Piensa en mí y muchas otras más. Además pertenecen a su
autoría inolvidables temas inspirados en la tierra española como: Granada,
Madrid, Novillero y Silverio. A través del tiempo, su música ha sido grabada
por destacados intérpretes de la talla de Amparo Montes, Pedro Vargas, Toña La
Negra, Alfredo Sadel, Luis Miguel, Plácido Domingo y muchos otros. Sin embargo,
pocos melómanos de su arte tienen conocimiento de que fue bautizado en el
Sagrario Metropolitano, con el larguísimo nombre de: Ángel Agustín María Carlos
Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino.
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Cuenta la historia que a
finales del año de 1941, el poeta y compositor Homero Manzi de regreso para Buenos
Aires de un viaje a México hizo escala en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, donde
tuvo la oportunidad de escuchar, en un local nocturno, la voz de Malena Toledo
quedando impactado de aquella presentación, la cual sirvió de inspiración para
componer el famoso tango Malena (“Malena canta el tango como ninguna/y en cada
verso pone su corazón/…”). Ese mismo
año, Lucio Demare le pone la música, siendo estrenado por su orquesta en la
boite Novelly en la voz de Juan Carlos Miranda. Posteriormente, fue grabado en
1942, por Francisco Florentino con la orquesta de Anibal Troilo, para el sello
RCA Víctor. El tango Malena, es uno de los más interpretados en la historia de
ese género musical.
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El mexicano Pedro Vargas,
bautizado por sus admiradores como “El samurai de la canción” nació en México
en San Miguel de Allende, Guanajuato el 24 de abril de 1906. En su vida
artística se presentó en los mejores escenarios artísticos de Latinoamérica y
Europa, como cantante de música romántica. Dejó grabado memorables boleros de
destacados compositores. Siempre tenía como costumbre que al terminar su
actuación, luego de recibir los merecidos aplausos del público asistente, la de
responder tres veces, con humildad y gentileza: Muy agradecido, muy agradecido,
muy agradecido.
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La eterna diva de la música
bailable Celia Cruz, conocida por su emblemático grito de “Azúuuucar” tanto en
sus conciertos como en sus grabaciones, esto tiene un origen curioso tal como
lo reseña Eduardo Márceles Daconte en el libro ¡Azúcar¡. La biografía de Celia
Cruz (Cararas, 2006 p 140). Todo empezó cuando Celia Cruz apareció en el
escenario de una presentación cantando
Tu voz y de repente gritó ¡Azúuuucar! para luego seguir interpretando el sabroso
tema. Años más tarde, grabaría con la Sonora de Memo Salamanca en México el álbum “Nuevos Éxitos de Celia Cruz”
(Tico Record, 1971), donde en el tema Te solté la rienda, perteneciente a José Alfredo Jiménez, deja en el acetato, por
primera vez, su famosa frase ¡Azúuuucar!
A partir de allí, su edulcorado grito estaría siempre presente en sus
grabaciones y presentaciones.
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