La Mesa de la Unidad
Democrática (MUD) de Yaracuy emitió y dio lectura a un comunicado con motivo de
expresar su posición al pueblo yaracuyano y a toda Venezuela sobre la mesa del
diálogo que adelanta la oposición con representantes del gobierno nacional a
los fines de la búsqueda de soluciones inmediatas a la situación social,
económica y política del país, durante la mañana de este 15 de noviembre en conferencia de
prensa efectuada en la sede del Comando Unitario ubicado en el municipio capital de la entidad yaracuyana, San Felipe.
Pablo Espinal, Coordinador
Regional de Avanzada Progresista (AP), leyó el documento que reza a continuación,
en compañía de la secretaria ejecutiva de la MUD estadal Norma Delgado (AD), Félix
Serrano (UNT), Miguel Ponente (PJ), Iván Mastrángelo (Amigos con Lapi) Carmen
Teresa Gentile y Alejandro Arzola (Convergencia), entre otros representantes.
Comunicado
MUD Yaracuy
La alianza democrática en
Yaracuy, ante el proceso de diálogo nacional convocado por el Vaticano para
acompañar la búsqueda de una solución a esta tragedia que hoy vivimos los
venezolanos, ratifica su apoyo y expresa confianza en la mesa nacional en la
dura tarea de lograr acuerdos que permitan por la vía pacífica, electoral y
democrática realizar el cambio político que requiere nuestro país.
Hay una urgencia real y
tangible de la familia venezolana, y en especial de la yaracuyana. Hay hambre,
no hay medicinas, hay inseguridad, y para desgracia de todos, a nuestro país lo
gobierna un régimen incapaz de hacer frente a la crisis en la cual el mismo la
ha sumido durante 18 años. Pero ya el gobierno no puede ganar más tiempo, el
tiempo así como la paciencia del venezolano se acabó para ellos.
Por eso es necesario que
avancemos con acuerdos, así sea difícil creerle a quien ha gobernado violando
los derechos ciudadanos y ha querido perpetuarse en el poder. Pero todo camino
explorado, bien vale la pena para lograr el alivio de quienes sufren esta
situación tan grave. En principio, el acuerdo sobre la libertad de un número
importante de presos políticos, resolver la situación de los diputados de
Amazonas, sacar a la Asamblea Nacional del falso “desacato” establecido por el
TSJ, construir un acuerdo para definir en forma consesuada una nueva
correlación, de fuerzas en el Consejo Nacional Electoral, aceptar los términos
de “sabotaje, boicot o agresión” a la economía venezolana, términos propuestos
por los representantes del oficialismo, y que no son más que la aceptación de
parte del régimen de su responsabilidad en la destrucción del aparato
productivo, pueden ser considerados pasos iniciales para lograr lo que toda
Venezuela anhela. Ante la urgencia de la necesidad, ante la urgencia del hambre
y la enfermedad, nuestros representantes en la mesa privilegian la vida y la
salud de los venezolanos y por ello se han empeñado en la apertura del canal
humanitario. El gobierno debe comenzar a
cumplir los compromisos contraídos en el acuerdo de forma inmediata y a ello
desde aquí lo conminamos.
No obstante debemos
comprender que la solución no es inmediata, que no hay salidas mágicas, y que
como toda la historia de la lucha por el reconocimiento de los derechos del
hombre, éste solo se conquista con la fuerza del pueblo unido en lo político, y
en la calle.
Y
aunque tenemos diferencias en el marco de esta unidad plural, diferencias de
formas de lucha y visión pero no del objetivo común que es el de cambiar al
gobierno, seguiremos acompañando y exigiendo junto a la mesa nacional, con el
diálogo, con la movilización de calle, con la presión internacional y la acción
institucional a través de la Asamblea Nacional, que se le devuelva a los
ciudadanos el derecho al voto, a decidir elecciones como cambiar este presente
terrible para poder construir un futuro mejor, y aunque se esté dialogando con
quien secuestró nuestro derecho a votar, la Venezuela democrática es mayoría
contra una corrupta cúpula minoritaria. Para lograr la recuperación de nuestro
derecho al voto, para salir de esta catástrofe, sólo es posible entonces con el
pueblo en la calle más el diálogo con la presencia de facilitadores o
acompañantes como EL Vaticano, que nos solo tienen la suficiente talla moral y
política sino experiencia en ello para convertirse en garantes de lo acordado.
Esa es la razón por la que la Mesa de la Unidad Democrática está en el diálogo
nacional y desde Yaracuy la respaldamos y tenemos plena confianza en que
seguirá luchando tenaz y persistentemente en revertir esta grave situación. El
diálogo no es un fin en sí mismo, ni es para darle tiempo al gobierno, ni para
vender los derechos de los venezolanos, ni para comprar cargos o prebendas, el
diálogo es parte de la lucha por la libertad, por la democracia, junto con los venezolanos
en la calle. Por ello se acabó la tregua, vamos a acompañar a los trabajadores,
a las amas de casa, a los comerciantes, a los estudiantes universitarios a
quienes reconocemos su constante y valiente lucha, en el reclamo por sus
derechos. Esperamos también que se incorpore el tema del retorno de los
exiliados políticos para el reencuentro en paz con su familia.
Hemos
demostrado una vez más que queremos evitar la violencia, el derramamiento de
sangre, la pérdida de vías humanas en una confrontación entre pequeños grupos
armados y un pueblo cuyas únicas armas son su voz y la Constitución.
Es
tiempo de fe, no de fractura, es tiempo de unión, no de división, es tiempo de
aportar ideas y de trabajar unidos. La Unidad que defendemos no es la de los
partidos políticos sino la Unidad del pueblo que hoy más que nunca necesita la
fuerza de su unión. Solo así podremos avanzar.
San
Felipe, a los 15 días del mes de noviembre de 2016.
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