Así lo expresó durante homenaje a Fabricio Ojeda
"A los gobiernos del puntofijismo aun los persiguen los fantasmas de sus desaparecidos, porque era la forma con la que callaban a quienes adversaban sus abusivas formas de poder, de dictaduras o seudo democracias”. Así lo dijo Dimas Petit, durante su ponencia como orador de orden del acto solemne, celebrado en el Consejo Legislativo del estado Yaracuy (Cley), en honor a los cincuenta y un años de la muerte de Fabricio Ojeda, recordado por luchar en las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional.
El orador, quien es familiar del desaparecido Leonel Petit en 1967, quien al igual que Ojeda, fue perseguido y desparecido forzosamente por adversar el gobierno de Marco Pérez Jiménez, mientras que la suerte de Ojeda, trascendió hasta su aprehensión y muerte en una prisión militar en Caracas, el 21 de junio de 1966.
La lucha de este periodista y activista revolucionario, según relato del orador, se basó en la justicias del desposeído contra los poderosos, de eso no se desvinculó jamás y aunque fue el diputado más votado en las elecciones del año 1958 de Congreso Nacional, Ojeda asume la lucha armada renunciando su cargo político para defender la constitución y leyes del país, tal como el mismo lo expuso: “Si muero no importa otros vendrán detrás que recogerán nuestros fusiles y nuestra bandera para continuar con dignidad lo que es ideal y deber de todo nuestro pueblo”.
Petit, dijo “Si tenemos una oposición que quiere sabotearnos este proceso, los revolucionarios que tienen sabiduría tienen que aconsejar muy bien a su pueblo.
Petit recibió reconocimiento por parte del presidente del Cley, Henrys Mogollón, quien estuvo acompañado de sus homólogos: Ángel Gamarra, Ivan Aparicio, Neidy Liscano y Víctor Patrizzi.
Mogollón enfatizó que a los gobiernos fascistas y opresores que se turnaban el poder, la historia condena y acusa, pues está escrita con sangre de pueblo, de inocentes, torturas y desapariciones propias de un sistema en el que los derechos humanos no se habían valer, y estas historias como la de Fabricio Ojeda deben ser recordadas con orgullo, valentía y ejemplo para continuar hacia el camino que conduce a la paz, a pesar de las adversidades del capitalismo delincuencial y terroristas que sabotean el proceso revolucionario.
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