Foto cortesí de https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Grever |
Por: Héctor Camacho Aular.
A finales del siglo XIX, llega el romántico
bolero al país azteca, conjuntamente con el equipaje de las compañías circenses
y de revistas musicales, dándolo a conocer, inicialmente, en Yucatán a través
de sus múltiples presentaciones, según lo refiere Jaime Rico Salazar, en su
libro Cien años de Boleros (Centro Editorial de Estudios Musicales, 1994). Años
después, en 1921, Armando Villarreal Lozano compone el primer bolero en México,
titulado Morena mía.
Entre las damas compositoras mexicanas del
romántico bolero destaca con orgullo la figura de María Grever, quién dejó para
la historia musical latinoamericana inolvidables temas en ese género como
Júrame, Cuando vuelva a tu lado, Alma mía, Por si no te vuelvo a ver, Te quiero
dijiste, Labios rojos, Florecita, Volveré, Así, y muchos otros, siendo grabados
por destacados cantantes. Otra digna de mencionar es María Alma, autora de los
inolvidables boleros Noche de mar,
Brindemos por amor, Tómame en los brazos y Compréndeme, obteniendo mucho éxito en el
mundo del acetato. Además debemos incluir a Emma Elena Valdelamar, a quién
Benny Moré le grabaría el pegajoso bolero Mucho corazón. Por supuesto, no debe
olvidarse a la bella compositora Consuelo Velazquez, autora de más de 250 temas
como Enamorada, Que seas feliz, Aunque tengas razón, Donde quiera, Tenaz
obsesión, Que divino y muchos otros. Su famoso bolero Bésame mucho, compuesto
en 1941, se ha convertido en la composición más grabada y difundida de todos
los tiempos, además de ser tema central de varias películas norteamericanas,
por cierto, una de ellas lleva su nombre. Los famosos
Beatles realizaron una versión en
inglés de éste bolero.
Dentro de las voces femeninas mexicanas
intérpretes de grandes boleros resaltan, a través del tiempo, Chela Campos “La
Dama de la Canción”, con más de 50 grabaciones en su repertorio así como
también las damas del canto romántico: Ana María González, Lupita Palomera y la
escultural María Victoria. Otra bolerista que vibró en muchos corazones fue
María Luisa Landín, siendo su primera grabación Canción del alma (Rafael
Hernández), acompañada por la orquesta de Rafael Hernández. También es digna de
mencionar la voz apasionada de Amparo Montes, cuyo inicial trabajo discográfico
lo realiza en 1944, con los temas: Dime por qué (Federico Baena) y Junto al mar
(Salvador Rangel). A partir de allí, se daría a conocer, con éxito, en varios países de Latinoamérica.
Finalmente, no podría olvidarse a la renombrada María Antonia del Carmen
Peregrino Alvarez, conocida en el altar del bolero como Toña la Negra. Su
talento quedó repartido en 75 L.P donde
interpreta de prestigiosos compositores hermosos boleros, tales como: Oración
Caribe, Cada noche un amor, Veracruz, Estás equivocado, De mujer a mujer,
Cenizas, Diez años, Vereda tropical, Como golondrinas, Lamento jarocho, entre
tantos éxitos, con su original estilo. Además su voz y figura apareció en 35
películas.
El bolero latinoamericano continuará
extendiéndose, con su centenaria fuente de inspiración y talento, en la
frenética búsqueda de otras participantes que estén dispuestas a engalanar las
diversas facetas del divino altar del romance.
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