Este martes 28 de junio en el Salón Sucre de la Casa Amarilla se llevó a
cabo el foro Poesía, Paz y Derechos Humanos, en el marco del 13° Festival
Mundial de Poesía. La actividad contó con la asistencia de varios exponentes
del lirismo internacional y nacional, así como de voceros del Gobierno
bolivariano.
Los ponentes fueron el vicepresidente para el
área social y Ministro del Poder Popular para la Educación Superior, Jorge
Arreaza; el director y organizador del Festival Mundial de Poesía de Medellín,
Fernando Rendón; la directora de la Red de Intelectuales, Artistas y
Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, Carmen Bohorquez y el poeta
homenajeado, Tarek William Saab, quienes contaron con una introducción del
ministro del Poder Popular para la Cultura, Freddy Ñáñez.
El foro buscó resaltar la estrecha relación que
existe entre la póiesis y los desafíos del hombre, hacer visible esa delicada
manera en la que la poesía demuestra que no es un arte diletante, sino que
logra vincularse profundamente con las luchas humanas por la dignidad, la
libertad y los derechos humanos, como en los paradigmáticos casos del
puertorriqueño Roque Dalton o nuestro Vítor “Chino” Valera Mora.
Ñáñez inició saludando a los poetas así como a
los directores de los entes adscritos, quienes, de manera orgánica, hacen
posible este gran Festival. Aprovechó para destacar la vocación de paz del
pueblo venezolano, que, en medio del asedio, en medio de los ataques
inescrupulosos, resiste desde lo más noble y profundo del espíritu humano,
desde la creatividad sensible, hecha versos.
Recordó al gran bardo venezolano Gustavo Pereira
quien se refería a la poesía como una reserva moral, y en ese sentido expresó
“como reserva moral tiene mucho que aportarle al mundo que habitamos, con las
complicaciones pero también con las potencialidades que tiene nuestro planeta”.
“Desde esa perspectiva se acusa a la poesía, que
en todo caso milita con el ser humano, con sus desafíos, con sus sueños, con
sus utopías, que milita contra la injusticia, que milita contra la muerte, se
le acusa a esa poesía, y se le acusa al poeta como un poeta que hace de la
poesía propaganda política o que hace de la poesía una forma de la política,
usando la palabra política como un adjetivo negativo que le restase dignidad y
poder a la palabra poética”, aseveró, extendiendo la dedicatoria de este
Festival que hiciera a la hermana república de Colombia para celebrar la paz
que alcanza luego de 68 años.
Pueblo gallardo
Seguidamente tomó la palabra el director y
organizador del Festival Mundial de Poesía de Medellín, Fernando Rendón quien
manifestó sentirse sumamente agradecido y complacido por el desarrollo del
Festival y por la gallardía con la que el pueblo venezolano ha enfrentado los
ataques, resistiendo desde el arte, la cultura y en este caso, la poesía.
“Me siento muy bien de estar con varios
compatriotas poetas que vienen de condiciones similares, como es el caso de
Afganistán, de Irlanda de Norte, de Palestina, El Salvador, Uganda y otros
países que están buscando cristalizar procesos sociales actuales necesarios
para la reivindicación humana”, agregó.
Rentismo espiritual
El vicepresidente para el área Social, Jorge
Arreaza, destacó la importancia de este tipo de espacios para el sostenimiento
del ánimo revolucionario. Se refirió a la memoria y la historia de nuestro
pueblo para sustentar el proyecto revolucionario que inició de la mano del
Comandante Hugo Chávez.
“Para hablar de la paz en Venezuela, de los
derechos humanos, de la poesía, del arte tenemos que pasar una revisión muy
breve por nuestra historia. Ese fue un siglo, el XIX, de luchas, batallas,
victorias, pero también de mucho dolor, de mucho sufrimiento, muerte, sangre,
migraciones, éxodos”, esgrimió.
Según Arreaza, a ese dolor y sufrimiento siguió
una etapa sumamente problemática en el país, signada por la irrupción del
petroleo y la renta en la realidad venezolana, con el consecuente cambio
cultural en la idiosincrasia nacional y el advenimiento del modelo rentista
petrolero.
“La cultura del rentismo petrolero se impuso.
Ojalá fuera solo la economía, porque sería sencillo de resolver, pero no, el
rentismo es una actitud ante el mundo, ante lo espiritual, lo intelectual y lo
material, afortunadamente Venezuela, a pesar de esa realidad siguió luchando”,
enfatizó Arreaza.
Y de todo ese proceso formativo se alimentó la
Revolución Bolivariana, que, originada al calor del pueblo, encontró en el
Comandante Chávez un artífice ideal, trayendo consigo las reivindicaciones y la
justicia que tanto había exigido el pueblo durante los años del puntofijismo.
Por ello el Festival de Poesía es posible y la
discusión de los derechos humanos deja de ser una fachada para las
desapariciones y los asesinatos de los luchadores sociales, para convertirse en
un concepto central en la transformación política del país.
Dos décadas de asedio
Tomó la palabra el poeta homenajeado, Tarek
William Saab, quien siendo abogado, vivió de cerca la realidad oscura y de
terror que se cernió sobre Venezuela, manteniéndose siempre del lado de los más
desfavorecidos, en defensa de los verdaderos derechos humanos, y no los que
eran apenas simple instrumento de las élites económicas y políticas.
“Nos unimos a través de la poesía, de la
dignidad y el honor que ella representa, creo que esta es una gran victoria”,
aseguró Saab, al tiempo que agradeció a los poetas asistentes, al organizador
del Festival de Medellín, al ministro Ñáñez por tan valioso esfuerzo en medio
del asedio incesante que sufre el país.
Destacó la pertinencia de la discusión sobre la
relación existente entre la paz, la poesía y los derechos humanos, pues es una
discusión que la hegemonía cultural del mundo intenta dejar de lado, y en la
que Venezuela tiene mucho que decir, pues ha estado asediada en su ejercicio
democrático desde hace casi dos décadas.
“Hemos sido amenazados permanentemente, para que
aquí arranque una guerra, y eso bañaría de violencia de bombas, dinamitaría la
paz regional. Las veces que Venezuela ha entrado en una desestabilización, en
una conflagración interna eso repercute de manera llameante en América latina”,
subrayó.
Allí afirmó la importancia de la poesía, porque
al ser expresión de los pueblos, es, como había dicho el ministro Ñáñez,
recordando al poeta Pereira, una reserva moral fundamental. “El poeta presume
como artista la imagen de toda esa búsqueda cultural, por lo tanto, el valor
más grande que pueden tener la paz y los derechos humanos está en ellos”,
sentenció.
Al finalizar Saab, tomaron la palabra varios
poetas invitados quienes recalcaron como aquí y allá, la poesía siempre ha sido
un instrumento de liberación y reivindicación de los pueblos, en territorios
aparente disimiles como Afganistán, El Salvador, Bolivia, Ecuador o Venezuela y
destacaron la importancia de este tipo de encuentros de alto contenido
político, estético, humano.
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