Dip. Omar Ávila
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@OmarAvilaVzla
La irrefrenable tendencia o vocación de
grupos y personas para irrumpir en contra de cualquier marco
jurídico-institucional. Actuar con violencia en el ejercicio de la política,
incluyendo golpes de Estado, violación de los DDHH, y en general usar cualquier
medio para asegurarse el acceso, el
dominio, así como sostenerse en el poder de una nación, por cualquier vía de
facto, es lo que conceptualmente se denomina: Golpismo.
La solicitud de Maduro a la ANC chimba para realizar elecciones
de diputados de la
Asamblea Nacional, además de resultar deplorable, recuerda un
hecho relativamente reciente de la historia Latinoamericana. Acto golpista, que
marcó el principio del fin de otro régimen dictatorial, que si bien tuvo un
origen democrático, terminó en la dictadura de Alberto Fujimori en el Perú. En
efecto, el 5 de abril de 1992 marcó un
antes y un después en la democracia del Perú, luego de que su presidente
ejecutara un autogolpe, cuyas acciones fundamentales consistieron en la
disolución del Congreso de la
República, la intervención del Poder Judicial y
sistemática persecución y enjuiciamiento
de miembros de la oposición política y social peruana. Resaltando que el
castro-chavismo-madurista irrumpió en el escenario nacional con la intentona
golpista dos meses antes, de ese mismo año.
El Fujimorazo de ese entonces, reditado por
Maduro en la Venezuela
del Siglo XXI, se ha venido aplicando en forma gradual y escalada: persecución
de miembros de la oposición, secuestro e intervención del Poder Judicial y la
disolución de facto del Poder Legislativo. El hecho es que Nicolás da como una
acción cumplida y efectiva, las sentencias 155 y 156 del Tribunal Supremo de
Justicia, del 27 y 29 de marzo del año pasado; a pesar que él mismo ordenó su
derogación y como tal fue acatada esa orden por el TSJ, confirmando el
secuestro del sistema judicial por parte del ejecutivo nacional.
No obstante, el Madurazo de hoy,
confirmación del golpismo compulsivo que les ha resultado su “razón de ser” al
castro-chavismo-madurista, ha aflorado en las mentes, tanto de Nicolás, como de
Cabello, como una “idea maravillosa”, sin importarles que tanto las
disposiciones constitucionales, la Ley Orgánica del Poder Electoral, como de la Ley Orgánica de
Procesos Electorales; continuarán como siempre para estos golpistas: para ser
violentadas cada vez que colidan con las “ideas maravillosas” de los actores
del régimen, en su afán de mantenerse en el gobierno al costo de lo que sea;
incluyendo golpes y autogolpes, y quienes al igual que el golpista peruano,
solo creen y actúan desde la autocracia. Sin embargo la Historia “juzgó y condenó”,
tanto a Fujimori, como a sus cómplices.
Pero existen “golpes” necesarios a la vida
individual y colectiva, a los que no se acceden, y por culpa de los golpistas.
Me refiero a “los tres golpes” que tenemos derecho cada venezolano en nuestra dieta
diaria, para sí y sus familias. En efecto, cada día es más difícil para que el
90% de los venezolanos, podamos acceder a las tres comidas diarias; bien sea por
insuficiencia de ingresos o por la escasez crónica de los mismos. El golpe
sistemático e intencional en contra del aparato productivo nacional, sumado a
la desconfianza en tan ineptos y corruptos golpistas, han golpeado hasta su
destrucción, incluso a “la economía de puertos” (importaciones) característica
básica de su ineptitud corrupta en materia económica, entre sus lamentables
resultados, resalta la crisis humanitaria que cada día se agudiza y se extiende
a todos los estratos sociales.
Hoy más que nunca, ese golpismo permanente,
irresponsable y genocida, nos obliga a la conformación y activación del Frente
de Salvación Nacional, como expresión de la Unidad Nacional
contra el Golpismo. Amparados en el artículo 350 de la Constitución Nacional.
Del golpismo permanente y compulsivo a la
redemocratización, reinstitucionalización y rescate nacional para remediar la
hambruna y la crisis humanitaria que permanentemente golpea nuestra nación.
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