La
factoría dirigida por PDVSA Agrícola optimiza sus recursos de inversión en la adecuación
de las instalaciones, con mano de obra venezolana, sin la intervención de
contratistas para el desarrollo de los proyectos.
Portuguesa.- El Central Azucarero
Batalla de Araure, actualmente se encuentra en una fase de rehabilitación de
sus instalaciones, específicamente en las áreas de molinos, calderas, válvulas,
secadores, puente grúa, centrifugas, además de la colocación de barandas y
pasarelas en resguardo de la seguridad de su fuerza laboral, todo esto
orientado al incremento de la capacidad para procesar azúcar de primera, una
vez comience la puesta en marcha de esta industria, la cual se tiene previsto
sea para el mes de octubre de este año.
Históricamente, el Central
Azucarero Batalla de Araure, produjo una molienda de 160.018,14 toneladas del
rubro dulce, específicamente para la zafra 2014-2015 y se aspira que para el
reimpulso de la factoría, en el mes de octubre, se desarrolle el proceso de
molienda para continuar con el fortalecimiento de la producción industrial
azucarera.
Gonzalo Camacho,
Presidente del Central Azucarero Batalla de Araure, señaló que enmarcados en
los lineamientos emanados desde la presidencia de PDVSA Agrícola se realiza el
mantenimiento con mano de obra propia de la empresa, dejando de lado la
tercerización que existía con contratistas de origen internacional. “Se han
hecho cambios significativos, además los trabajadores se sienten orgullosos de
la empresa y de su progreso, hemos podido darle mayor importancia a la productividad
de la zafra, al sistema de producción, la industrialización y el mantenimiento
de las piezas con ayuda de los mismos trabajadores”.
Igualmente, indicó
que se tiene previsto el inicio de la zafra para el mes de octubre 2016, de la
misma manera, con esfuerzo propio y con todo el empeño para que se desarrolle
de la mejor manera. “Cuando las cosas extraordinarias parecen ordinarias es que
estamos en revolución. El Central va a arrancar, con el esfuerzo en conjunto de
todo el equipo que está abocado a eso”, recalcó Camacho.
Bajo la necesidad de
mejorar sus servicios, una vez inicie sus operaciones durante el año 2016, esta
factoría sigue lineamientos de los mayores estándares de calidad para el
procesamiento de uno de los principales productos alimenticios del país.
Wilfredo Galíndez,
Gerente General del Central Azucarero Batalla de Araure, manifestó que el compromiso
que mantienen hoy en día, es el de desarrollar una importante economía en
costos, enfocada en logro de los objetivos, a través de la eficacia en los
recursos que se están invirtiendo para la producción. “Queremos resaltar que
nuestro equipo está comprometido en cumplir con los objetivos, cuidando siempre
el tema de los recursos que estamos invirtiendo. Es una instrucción precisa de
nuestra junta directiva, que debemos resguardar el dinero que se invierte aquí
y ver resultados tangibles en el mediano y corto plazo” señaló.
Jimmy Pedrozo,
Supervisor de molinos, comentó que se realiza el trabajo de refacción con la
finalidad de poner la planta operativa y así desarrollar los proyectos de
inversión que desarrolla PDVSA Agrícola. “Estamos trabajando con mano de obra
propia, lo que además de incrementar el sentido de pertenencia del equipo que
está a diario en las obras, trae una importante reducción de los costos y se
elimina la participación de consultoras externas. Somos nosotros mismos quienes
estamos ejecutando el mantenimiento y velando por el cumplimiento de los
objetivos”, agregó.
Por su parte, Juan
Montilla, Supervisor de montaje del central azucarero, expresó que constantemente
el personal está adquiriendo más experiencia con los trabajos realizados. “Estamos
trabajando en todos los procesos para sacar esto adelante, este es nuestro
patrimonio y de nuestras familias y estamos agradecidos por esta participación
que nos están dando”.
Es importante
destacar, que el central azucarero es una obra recuperada en revolución, de
carácter social, integrada a los proyectos
de PDVSA Agrícola.
A
través de estas acciones, se evidencia el esfuerzo del Estado venezolano por
garantizar la soberanía agroalimentaria, aumentar los estándares de producción
y mejorar la calidad de vida a través del desarrollo social de la industria
para beneficio del pueblo.
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