El Museo de Ciencias ratifica su estatus como
centro de consulta científica
El paleontólogo peruano vino a Venezuela a realizar estudios sobre los fósiles de gaviales prehistóricos que el Museo de Ciencias resguarda a fin de reconstruir la historia de esta especie y responder preguntas inherentes a su forma de vida, así como su repentina extinción.
Hace más de 20 millones de años, un gran y
caudaloso río tenía como desembocadura la costa del actual estado Falcón, esa
costa distaba mucho de lo que es hoy: era una zona pantanosa, un estuario rico
en vegetación y con una megafauna impresionante, entre ellos habían gaviales.
Sin
embargo para encontrar en la actualidad a un descendiente de esos primitivos
gaviales debemos ubicarnos en el subcontinente índico, específicamente en
India, Pakistán y Bangladés, allí habita la especie Gavialis gangeticus, un exótico reptil de apariencia muy semejante
a un cocodrilo verdadero, estos animales pertenecen a una familia en la que
solo se encuentran incluidos debido a ciertas características únicas.
Pero
volviendo a nuestras tierras, los antepasados del gavial actual los podemos
encontrar en Urumaco, estado Falcón. Esa tierra, ahora semiárida, ha llamado la
atención de científicos nacionales y extranjeros por la gran cantidad de
fósiles que se han encontrado, con registros que datan de hace 13 millones de
años.
Uno
de esos científicos es el paleontólogo Rodolfo Salas Gismondi. Peruano de
nacimiento, es el titular del Departamento de Paleontología de Vertebrados del
Museo de Historia Natural de Lima, Perú y además es doctor en Paleontología en
la Universidad de Montpellier (Francia).
Fósil valioso
Para
el académico los gaviales tienen aún mucho que contar, es por ello que su tesis
post doctoral lo realiza sobre esta especie ya extinta en América, trabajo que
lleva a cabo para la Universidad de Zúrich (Suiza). Su pasión por los reptiles
de rostro largo lo trajo a Venezuela, a explorar Urumaco y a visitar el Museo
de Ciencias a fin de estudiar las
especies fósiles que la institución resguarda en sus colecciones.
“El Museo de Ciencias tiene una colección muy valiosa de cocodrilos fósiles de Urumaco. Me parece indispensable el estudio de estos fósiles para entender la evolución de los cocodrilos en la Amazonía y además en toda la región neotropical”.
A
juicio de Salas Gismondi, Urumaco es particularmente importante. Explica que
hace unos trece millones de años existía un enorme sistema fluvial que nacía en
lo que hoy es Perú y Ecuador el cual vertía sus aguas en algún lugar del oeste
de Venezuela.
El
académico agregó que esta conexión con la región amazónica es fundamental para
entender la biodiversidad que ahora existe en la selva del Amazonas. Señaló que
el Mar Caribe era (y sigue siendo) un lugar muy cálido y al no existir el Istmo
de Panamá había una conexión con el
océano Pacífico.
“Es por ello que, por su condición geográfica y sus condiciones ambientales, la región occidental del estado Falcón concentra una gran diversidad de cocodrilos fósiles. Había un ambiente muy dinámico que tenía conexión con la Amazonía occidental”, resaltó.
Salas
Gismondi indicó que como parte de su estudio sobre la evolución de los reptiles
en Sudamérica, debía pasar por el Museo de Ciencias a fin de consultar la
colección de gaviales fósiles que la institución reguarda.
El
doctor explica que el Ikanogavialis
fue el primer cocodrilo prehistórico descrito para Venezuela, este espécimen de
rostro largo –especialmente adaptado para atrapar peces- tiene muchas características que ayudan a
comprender su comportamiento.
“Este
es un fósil de un gavial, colectado en el año 1972, por una expedición
financiada por la National Geographic Society. Este cráneo tiene una data de 8
millones de años, es de gran interés por su estado de conservación y pertenece
a una especie denominada Ikanogavialis
gameori y viene de la zona de Urumaco”, explica Salas Gismondi, sosteniendo
en sus manos la muestra paleontológica a la vez que aclara que estos fósiles
también se han encontrado en otras partes de Suramérica.
Desaparecidos, un misterio
A
fin de reconstruir su historia y pasado biológico, Salas Gismondi hizo el estudio
de esta pieza que se encuentra en el MUCI, que dará a conocer a través de su
trabajo post doctoral. “Ellos constituyeron un gran grupo, aparecieron hace
unos 80 millones de años y su extinción sucedió 4 o 5 millones de años. Lo
paradójico es que su declive y desaparición ocurrió en el momento en que eran
más diversos en la región y la causa de este hecho aún es desconocida para la
ciencia”.
Salas
Gismondi afirma que la comunidad científica ha concluido que en ese momento
ocurrieron cambios ambientales en el planeta, además en ese momento aparecieron
en el Neotrópico los cocodrilos (especie que llegó desde el Pacífico), “lo que
supuso una competencia para las especies de gaviales que habitaban la región.
Eso es lo que estamos tratando de responder si la extinción de los gaviales en
Suramérica ocurrió por algunos de estos factores o la combinación de ambos”.
Para
entender la geografía de ese momento hay que tener en cuenta que hace 4
millones de años la actual América del Sur se encontraba aislada del resto de
las masas continentales del planeta, aun no existía el istmo de Panamá y había
un canal de conexión entre el Atlántico (a través del Mar Caribe) y el
Pacífico, esta conexión permitió el intercambio de especies entre ambos
océanos.
“Además
de esos factores el río que desemboca en las costas del mar Caribe empieza a
mermar su caudal hace 10 millones de años, la causa fue el surgimiento de la
cordillera de Los Andes, este nuevo plegamiento drenó los lagos que se
encontraban en la Amazonía occidental, desvió las fuentes y dio origen al
Amazonas, es decir las aguas cambiaron de dirección hacia el oeste”.
Honor y privilegio
Salas
Gismondi asegura que todos estos factores son fundamentales para entender la
historia y evolución de las especies en el norte de América del Sur, por eso
para su estudio ha sido muy importante el análisis y registro de cada pieza de
evidencia que se han encontrado en lugares como Urumaco, La Venta (Colombia) y
Pebas (Perú).
“Este es un trabajo muy extenso, lo inicié hace cuatro años estudiando fósiles en la región de Pebas (Perú), allí describimos una nueva fauna con una data de 13 millones de años, es decir precede a la formación del Amazonas que se formó hace 10 millones de años, entonces la idea es hacer una revisión en la perspectiva histórica de todos estos eventos, juntando toda la información y tratar de entender el proceso de forma integral”.
A
fin de llevar a buen término su trabajo académico, Salas Gismondi ha visitado
países de América y Europa que poseen colecciones relacionadas con su estudio,
así como ha consultado cientos de publicaciones relacionadas con el tema, no
obstante para él lo más importante ha sido la observación directa.
“Aunque hay fotografías y publicaciones relacionados con su estudios, la mejor forma es ver la pieza, ver sus detalles, anotaciones precisas y hacer dibujos que son vitales para mi estudio”.
En
ese sentido afirma que para finales de año ya tendrá listo un borrador de su
trabajo, asegura que el haber consultado las piezas que Museo de Ciencias
resguarda ha sido un gran honor, un privilegio que le ha dado gran
satisfacción.
“Es muy grato tener la oportunidad de observar estas especies que se encuentran en tan buen estado de conservación, que me servirán de mucho para que todos podamos comprender esta historia. Estoy muy agradecido con Jorge Carrillo Briceño, con Hyram Moreno y con el Museo de Ciencias por todo el apoyo que me han prestado. Esta clase colaboraciones deben continuar”.
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