Por: Héctor Camacho Aular
Los primeros mariachis del mundo tuvieron como escenario musical la amplia región occidental y norteña de México, donde, en corto tiempo, lograron cautivar con sus canciones y vistosos vestuarios al público que frecuentemente festejaba sus ruidosas actuaciones. Con el paso del tiempo, estas inolvidables presentaciones se extenderían, con arrollador éxito, por todo el territorio mexicano. De la misma manera fueron surgiendo destacados compositores, además de grandes vocalistas de éste pegajoso género musical, el cual tuvo amplia divulgación y aceptación en los medios de comunicación social, en especial, las emisoras que difundían a diario los éxitos de los grandes jerarcas de la canción ranchera como José Alfredo Jiménez, Miguel Aceves Mejías, Jorge Negrete, Pedro Infante, Luis Aguilar, Tony Aguilar, Javier Solís y otros más.
Con la llegada del cine sonoro mexicano, en blanco y negro, fueron muchísimas las películas filmadas cuya temática estaba centrada en la actuación de atractivos mariachis que acompañaban al galán cantante en sus triunfos, penas y amoríos. De esa inolvidable época queda el testimonio de rollos del celuloide con los títulos: Allá en el rancho grande (1936), Ay Jalisco no te rajes (1941), La malquerida (1949), Dos tipos de cuidado (1952), Tal cual para cual (1953), Cuatro copas (1958) y muchas más.
En Venezuela, la explosiva fiebre por ver películas mexicanas comenzó, en firme, a mediados de la década de los años cuarenta del siglo XX, incluyendo también la costumbre de escuchar en las casas a través de los alegres pick-up, discos de 78 rpm grabados por los artistas de aquellos film, acompañados por sus inseparables mariachis. Otros, como los desconsolados melómanos, acudían a los bares para descargar sus insobornables despechos por la amada ante el potente sonido de la robusta rockola. Para entonces, en el territorio yaracuyano se inauguraba el 12 de marzo de 1949, la pionera emisora Radio Yaracuy, donde se realizaban, a inicios de la década de los años cincuenta, programas de talento vivo destacándose entre los participantes el joven Gabriel Rodríguez “El charro de Cocorote”, quién con su guitarra y su voz deleitaba a los oyentes interpretando música ranchera.
Años más tarde, el 14 de febrero de 1993, hace su debut en San Felipe, el Mariachi Zakatecas (ataviados de un vistoso traje de charro color negro con bordados blancos acompañado del tradicional sombrero mexicano), integrado por: Víctor Pérez Méndez (trompeta), Bonifacio Palencia (trompeta), Manuel Ochoa (guitarrón), Aurelio Tovar (violín), Francisco Morillo (vihuela), Orlando Gautier (guitarra) y las voces de Raquel Quiñones e Ismelda Sánchez. Luego ingresarían al grupo Jinojaunis “Gino” Hernández, Alejandro Utrera, Wilmer Cacciopo (trompetistas), Javier Bracovite (vihuela) y Andrés Bracovite, hijo (guitarrón). Meses después en ese mismo año, es fundado en Guama, municipio Sucre, el Mariachi Yurubí, con los músicos: Mijail Muñoz Loyo (director, trompeta), Cesar Ying (trompeta), Usmil Parra (guitarrón), Guillermo Camacho (guitarra y cantante), Marcos Borromé (vihuela y cantante), y Sabisbel Quiroz Mejías, Sixto Quero y Yenny Espinoza “La alondra” (vocalistas). Al año siguiente, en 1994, se constituye formalmente en la capital yaracuyana el impactante Mariachi Juárez, conformado por Rafael Jiménez (director, guitarrón), César Ying (trompeta), Carlos Caldera (trompeta), Marcos Borromé (vihuela), Exel Alvarado (violín), Ángel Carrillo (violín) con las voces de Sabisbel Quiroz Mejías y Juan Morillo, el famoso “Charro Negro”.
Después aparecerán en el escenario de la alegría y la parranda, los mariachis yaracuyanos: Veracruz, Jalisco, América (Yaritagua), Azteca, Guadalajara, Jirajara (Nirgua), Trompetas Yaritagua, San Felipe, Cocula Show, Michoacán y el formidable Mariachi 2000, dirigido por Orlando Galíndez, entre los más solicitados de la región.
La historia de los mariachis yurubianos apenas ha comenzado. La constancia musical será la clave fundamental para lograr el éxito continuo en cada una de sus actuaciones.
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