Twitter e Instagram: @OmarAvilaVzla
“Veinte años no es
nada” reza la estrofa de un tango de Carlos Gardel y es fácil decirlo, pero es
mucho lo que ocurre en la vida de una persona, de la población de un país en
ese período. En nuestro caso es demasiado lo que hemos padecido los venezolanos
desde que el chavismo se instauró en el gobierno hace 20 años.
Desaceleración de
la economía, inflación, caída de las reservas internacionales,
desabastecimiento de alimentos y medicinas hasta llegar a una escasez crítica,
aplicación del control de cambio, corrupción, carencia de políticas públicas
que favorezcan la convivencia, inseguridad, el control de los poderes del Estado
y las nefastas consecuencias que esto trae, entre otros tantos problemas nos
mantienen hoy, sumidos en una de las peores crisis por la que atravesado
Venezuela en su historia contemporánea.
Y ha sido en estos
veinte años que el chavismo ha “construido” ladrillo a ladrillo, este panorama
ante el accionar errático de los miembros de una oposición que se niega a
reinvertarse y a prever las acciones del régimen.
Y es que nuestro
sistema político se encuentra enfermo de un virus que, al parecer, se contagia
con facilidad y actúa como una poderosa arma química: la "mentalidad del
enemigo", único legado por el que será recordado el castro-chavismo-madurista
que ha arruinado al país en estos 20 años.
Muchos políticos
opositores –grupo al que pertenezco pero con quien tengo diferencias, como debe
ser en el ámbito de una verdadera democracia- cuestionan, critican y adversan
las propuestas que surgen de quienes consideran “contrincantes opositores”.
Muchos políticos
opositores pareciéramos desconocer e incluso oponernos, a soluciones propuestas
por actores y factores distintos a nuestros entornos, como ocurre en el caso de
Henry Falcón, a quien se le califica de
“vendido”, “enchufado político” o ”chavista disfrazado” entre otros
calificativos.
Mi posición en este
caso no nace de una defensa hacia Henry Falcón, sino de la creencia de que solo
unidos y con una mirada amplia podremos salir de la crisis en la que nos
encontramos sumidos y de la que parece no podremos salir, criterio este que el
madurismo quiere que creamos para continuar manteniendo su dominio.
Si alguien dice que
Falcón está vendido que diga el por qué públicamente, sino tiene pruebas
contundentes entonces deben sentarse en una misma mesa porque todos los grupos
queremos salir de la crisis.
El país quiere
unidad, salir de la crisis y con esta diatriba, con esta lucha por el poder
entre dos sectores minoritarios, se aleja la posibilidad de cambio. Si Falcón
es un jugador de Maduro, que se exponga con claridad para que sea descartado
cómo opositor, si no llamémoslo y que se siente. Él es una realidad. Jugar a
atacarlo es suicida y ese sí es un verdadero juego a favor del gobierno. Inclusive
sí quisiéramos que Falcón renunciara, deberíamos sentarnos con él.
Es así como desde
Unidad Visión Venezuela proponemos la creación del Frente Amplio Venezuela
Libre, integrado por todos los factores de oposición. Para ello instamos a la
realización de una cumbre Falcón-MUD-Yo Soy Venezuela. Desde esta propuesta
debemos instalar una mesa de negociación y organización de una nueva estructura
que debe elegirse –a través de primarias- en un congreso de la oposición.
La creación del
Frente Amplio Venezuela Libre nos brinda la oportunidad -ya demostrada el
pasado 17 de abril en el seno de la Asamblea Nacional-
de generar y dotar de sostenibilidad- un mecanismo para el debate constructivo
y la acción cooperativa.
Es así como debemos
dialogar, entendiendo el término en su concepción real de escuchar, comprender y responder a
nuestro interlocutor y no limitarnos a oír predispuestos a rechazar sus
propuestas.
Vacunémonos contra
el virus de la “mentalidad del enemigo” tan efectivo para los propósitos de
continuidad en el poder del madurismo y tan nefastos para la población y
quienes integramos la oposición que solo buscamos las vías para construir un
mejor país.
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