Lidis Méndez
Secretaria de Organización
Unidad Visión Venezuela-Mérida
@lidis1402
¿Por qué es difícil llegar a un acuerdo razonable para gobernar
eficazmente un país con recursos naturales y energéticos abundantes que pueden
alcanzar para todos? Porque conviene más no hacerlo; es decir,
mientras persista el caos y el discenso
es más fácil seguir distribuyendo cuantiosos recursos entre pocas
personas.
Este artículo es
una reflexión que busca respuestas más allá de los bigotes del mandatario
reelecto hace tres días con un 48% de participación según cifras del CNE. Mientras
la economía en América Latina crece o mejora en muchos países, Venezuela
se hunde en la miseria, la pobreza, la inseguridad y la corrupción sin que se
atine de manera contundente en la presentación de un plan para salir de la
crisis. Ni siquiera se piensa en un plan de austeridad, porque la riqueza
exacerbada de un 20% de la población puede controlar y manipular el suministro
de alimentos, insumos y servicios
del 80% restante.
¿Cómo puede un presidente sostenerse en el poder con una inflación de
12000%? O mejor aún ¿Cómo puede ser reelecto un presidente en
un país quebrado económicamente? Hay una respuesta sencilla y evidente: las
elecciones son cortinas de humo que obstaculizan la visión del verdadero
conflicto que tiene a Venezuela condenada en la miseria y no es otro que un
Estado encubridor de actividades delictivas tales como el terrorismo,
contrabando, narcotráfico, corrupción, extracción ilegal de minerales,
explotación de personas y prostitución de menores. En algunos sectores de las
capitales más importantes de Venezuela la opulencia es grotesca mientras que
la pobreza se multiplica. Elegir un
presidente tiene sentido cuando existen instituciones que pueden garantizar un
buen gobierno, no importa si el tipo es un genio de las finanzas, un ex militar
golpista o un ex sindicalista, eso es lo de menos. Con toda honestidad siempre
me cuestiono ¿porque tanto lío por la
silla en Miraflores si la pasta y la plasta esta en los poderes públicos y sus
dependencias?
La propaganda
gubernamental continúa fomentado la mediocridad y el rencor entre demócratas y
socialistas castrando cualquier posibilidad de entendimiento a mediano o largo
plazo, mientras que los niños y jóvenes deambulan por las calles, escuelas,
liceos y universidades con el pellejo recubriéndoles los huesos. No hay medidas
establecidas para garantizar el bienestar y la felicidad de esta generación,
porque la descendencia del 20% pudiente seguramente ya está en el exterior, los
más humildes y menos agraciados por el destino estarán esclavizados y
condenados en un paraíso tropical.
Con el tiempo
muchos han entendido la diferencia entre un gobierno mediático y un gobierno
real, puesto que no todo lo que se anuncia en televisión llega a formar parte
de la realidad en la cuadra del barrio. Sin embargo, los dos presidentes socialistas
han declarado públicamente hacer de Venezuela un país potencia, aún con la
dependencia del petróleo e industrias básicas en bancarrota. Ahora vemos que
los presidentes socialistas no han tenido un buen gobierno pero si un buen
temple para conservar la silla en Miraflores, no son grandes estadistas ni
mucho menos, por tal motivo se rodean de funcionarios mediocres y oportunistas.
Estos presidentes sin gobiernos entendieron que la masa vive de la inmediatez,
el generalato del contrabando, los politiqueros de prebendas, los industriales
y comerciantes de buenos negocios, los tecnócratas de sobornos y los idealistas
de incredulidad. El arte de no gobernar mantenerse en el poder, reelegirse y
ganar es un fallo cuestionable del sistema político democrático, por tal motivo
es importante entender que estamos en otro escenario, que el juego político es
distinto y que el país en general ya no es, ni será el mismo que algún día fue.
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