Twitter e Instagram: @OmarAvilaVzla
Mientras la gravísima crisis económica
se agudiza, al momento de escribir este artículo estamos a horas de que se
concrete el “triunfo irreversible” y el CNE declare ganador al mismo que ha
sumido al país en esta tragedia humanitaria que jamás nos hubiéramos imaginado.
“Ganador” que llegó
a unas elecciones en las mejores condiciones para lograr mantenerse en
el poder, gracias a los múltiples errores de una dirección política opositora
desacertiva y fraccionada. Los hechos que “contribuyeron” al éxito del gobierno
hablan por sí solos: fuimos a unas elecciones regionales divididos, disfrazaron
en los municipios afines a sus candidatos para mantener su pequeña cuota de
poder, prometiendo ante la opinión pública que serían expulsados de sus organizaciones,
algo similar sucedió con los gobernadores que decidieron ir a juramentarse ante la ANC ilegal.
El, régimen, ágil en cambiar timón y
ejecutar acciones coyunturales a su conveniencia, también puso de su parte:
inhabilitó partidos y dirigentes; impidió que 2.8 millones de venezolanos en el
exterior puedan ejercer su derecho al voto, compró votos, activó al máximo la
maquinaria clientelar.
Hoy la mayoría de nuestro pueblo se
pregunta: ¿Qué pasará en Venezuela el 21 de mayo? Al momento de escribir este
artículo en medio del desarrollo de un proceso que sin el mayor de los
esfuerzos va a llevar a Nicolás a mantenerse en el poder a pesar de contar con
el rechazo de por lo menos el 70% de los venezolanos, no tengo respuestas solo
una aspiración: el reencuentro de la oposición hoy enfrentada por votar o
abstenerse. Esa, sin lugar a dudas, es la clave. Esa unidad que permita la
reconciliación nacional, la ayuda humanitaria y entre todos (léase bien todos,
sin excepción o con muy pocas) y así poder salir de esta grave crisis
económica, política y social.
Lo que si está seguro, al menos por
ahora, es que vienen más sanciones. Y sino nos unimos entonces el gobierno
terminará de aniquilar lo que queda de oposición con el revocatorio de los
diputados y aprobar una nueva Constitución a su medida. Ante todo esto es
fundamental la unidad. La reconciliación de todos incluso con sectores
mayoritarios afectos al gobierno.
Hoy, el mundo, no solo nos mira con
máxima atención, sino que nos respalda plenamente en nuestra lucha por superar
nuestra atroz situación de desastre humanitario.
Ha llegado el momento de superar
anteriores errores y trabajar, no solo por desalojar a la camarilla que, con la
mayor crueldad e ineptitud, ha provocado que nuestros ciudadanos tengan que
hurgar en la basura para comer algo; sino que debemos aprestarnos, disponernos
y ejecutar el puente humanitario que la comunidad internacional nos ofrece aquí
y ahora. Esa debe ser la prioridad.
Acciones que debemos organizar y
coordinar con las iglesias, las universidades, gremios, ONGs, sociedad civil y
partidos políticos. La ayuda humanitaria debe ser un hecho en los próximos
meses, a pesar de la cruel, inexplicable e inhumana oposición del gobierno, y
meses antes que “el ganador tome posesión” en
siete meses.
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