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(Heisy Mejías) Nuestro país vive una situación sumamente
complicada. Sin caer en pesimismos, es una realidad que Venezuela ha sido llevada
a una metástasis sin precedentes y que el fin de este cáncer se acerca.
Los síntomas así lo indican, el sistema de gobierno está infectado por el
totalitarismo y el problema se diseminó como el propio virus. Las bases están
dadas, Chávez hizo bien su trabajo en crearlas. Se inoculó el daño y con el
pasar del tiempo, la enfermedad ha hecho estragos en todo el sistema social.
Pareciera que hubiera una oclusión en la
vista. Una suerte de ceguera colectiva que impide entender que estamos en
presencia de un sistema neototalitario y que no es, como muchos dicen, una
dictadura al estilo castrista. Estimados lectores, esto no es Cuba, esto es más
parecido a la Rusia
de Stalin y a la Alemania
de Hitler y debemos estar claros en lo que estamos enfrentando para atacar esta
patología.
Sin embargo, es precisamente un elemento constitutivo
del sistema totalitario la incertidumbre y la sensación de no certeza, por lo
que determinar si es autoritarismo, totalitarismo e incluso una corporación
trasnacional, la forma de gobierno que tenemos, es complejo. Pero no hay duda
que nuestro sistema democrático está enfermo, y que hay infecciones ocultas.
Que el chavismo y la oposición por 20 años han jugado con la salud de la
democracia. Por ende, es necesario y urgente, mostrar las heces del sistema.
Hay que hacer una colostomía, esa cirugía en la que
se une un extremo del intestino grueso con una abertura en la barriga y como
consecuencia, las heces fecales ve la luz por otra vía y de esta forma,
imposible ocultarla. Los responsables del desastre y de este cancerígeno
gobierno deben pagar por sus delitos, incluyendo a los que han sido
perfectamente acomodaticios y cómplices por parte del sector opositor.
Basta de ocultar los problemas del
venezolano en unos cuantos temas politiqueros, porque el hambre está allí, en
cada región matando niños. Los problemas con el agua potable, la luz eléctrica,
la espiral inflacionaria y el sistema sanitario están a la orden del día, pero
pareciera ser que estos conflictos, son agenda trasera, anal. Luego, es
ineludible que salga la mierda a la vista, desde los politiqueros de oficio
hasta las miserias de mi tierra. Sólo diagnosticando el cáncer, lo podremos
atacar.
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