@lidis1401
En nuestro país, el desbordamiento del poder sobre la
política es un nudo gordiano con el cual nos llevan a rastras hacia un sistema peligrosamente
unidimensional y falto de equilibrio con toda notoriedad. Evidentemente,
después de las masacres del 2017 continuamos participando forzosamente en una
lucha asimétrica contra la mano invisible
del narcosocialismo de Estado, que estratégicamente siempre busca
autolegitimarse por vía seudo electoral.
La precariedad
económica impuesta por el régimen sobre la mayoría de la población venezolana,
ha sido absurdamente prolongada de manera sádica para aislar exitosamente a la
nación del resto del mundo e impedir que nos sostengamos de manera autónoma con
trabajo digno y productivo. A más de 200 años que aquel glorioso 19 de Abril de
1810, la participación política del
ciudadano venezolano se ha limitado a luchar contra los embates del
autoritarismo y el totalitarismo.
No hemos construido ciudadanía en el término moderno de la
palabra, porque vivimos confrontando permanentemente los ímpetus de
sometimiento de quienes detentan el poder. En pocas palabras, no hemos
alcanzado un consenso significativo para desarrollar el país que todos soñamos
por la falta de confianza, cooperación y contraloría entre las fuerzas
políticas y sociales del país. Esta gran debilidad fortalece a la clase del
oportunista radical: millones de personas que ganan dinero, influencia y
prestigio porque el régimen se ve obligado a compartirlo con ellos para
mantenerse en el poder.
La iniciativa y el emprendimiento independiente han sido
castrados en Venezuela. El egoísmo, la destructividad y la corrupción
existentes requieren de soluciones tajantes y sin contemplaciones; tarde o
temprano la Justicia
Política se impone, porque el Sistema internacional está
diseñado para que así sea. De hecho, las noticias hemisféricas tienen una
tendencia en alta que vislumbra la disposición a cortar este nudo gordiano.
Parafraseando a quienes aún están en el poder e impidieron una solución justa y
democrática para nuestro país, les envío un eco de su propio eslogan: ¡alerta,
alerta que camina la Espada
de Bolívar por América Latina!...que viene de regreso para aplicar Justicia en
Venezuela.
Este mal momento que atraviesa el país no durará para
siempre, quienes trabajamos día a día enfrentando las creencias limitantes,
buscando nuevas posibilidades y enfrentando cualquier desafío burocrático para
seguir produciendo, estamos seguros que encontraremos el espacio para difundir
una visión común y la fuerza necesaria para respaldar esa
visión.
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