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martes, 21 de julio de 2020

La voz prodigiosa de Eleazar Agudo
























Por: Héctor Camacho Aular.
   La historia de la música popular venezolana está llena de admirables ejemplos de cantantes cuyo trabajo salen con frecuencia a relucir en tertulias, discos, programas de radio y televisión así como también en las modernas redes de comunicación. Uno de ellos es el legado artístico dejado por el carabobeño Eleazar Agudo, nacido en La Sierra, el 23 de diciembre de 1935. Desde muy pequeño gozó con tener una gran corpulencia corporal proporcional a su admirable talento musical. Siendo aún joven, se convierte  en dueño y señor de una voz natural de tenor que la mantuvo siempre, con calidad y dominio, en las múltiples presentaciones ofrecidas como en sus exitosas grabaciones realizadas.
   La primera incursión discográfica de Eleazar Agudo, según nos apunta el músico y coleccionista Tomas Silva Villanueva, está incluida en el L.P “Carmencita” (ERNA, 1959), donde canta dos temas del  compositor Gualberto Morales titulados, Sin tu amor y No te vayas, acompañado del conjunto criollo Los Cabestreros,. Luego a comienzos de los años 60, graba dos discos de 45 rpm para el sello Sonus, con el respaldo de Rafael Ochoa y su conjunto, con los temas: Si tú te vas (Rafael Ochoa), Linda Barinas (Eladio Tarife), Besos en mis sueños (Augusto Brandt) y Fuiste tú (Rafael Ochoa). Más adelante, en 1964, realiza con la misma agrupación criolla la grabación de otro disco 45 rpm,  donde incluye el vals Soberbiamente (Miguel Azpúrua). Para finales de ésta inolvidable década, saldría al mercado el disco de 45 rpm, en novedoso formato Extended play, titulado “Conticinio” (Al-Lat, 1968), que incluye las piezas: Conticinio (L: Egisto Delgado-M: Laudelino Mejías), No te puedo olvidar (Alfredo Sadel), Yo no sé (Rafael Ochoa) y Olvido (Valentín Carucí). Para ésta ocasión, Eleazar Agudo realiza dicha grabación acompañado por el conjunto del arpista Rafael Ochoa, conformado por Adrián Giménez (cuatro), Franklin Sánchez (contrabajo) y José Francisco Sánchez (maracas).
   En los años setenta del pasado siglo, Eleazar Agudo grabaría el exitoso larga duración “Conticinio. Eleazar Agudo con Rafael Ochoa y su conjunto” (Discoteca, 1973), donde interpreta, con su original estilo, un repertorio de piezas pertenecientes a distinguidos compositores tanto nacionales como internacionales, entre ellas resaltan: Conticinio (L: Egisto Delgado-M: Laudelino Mejías), Granada (Agustín Lara), Valencia (Juan Vicente Torrealba), Angelitos negros (L: Andrés Eloy Blanco-M: Manuel Álvarez Rentería) y otras  ocho piezas más.
   El reputado músico venezolano Aldemaro Romero al referirse a Eleazar Agudo, en su libro “La Música de Carabobo. Apuntes“(Valencia, 2006), no vacila en afirmar que “…era uno de esos fenómenos naturales que no había recibido clases de canto y que, sin embargo, cantaba con increíble naturalidad y potencia canciones de exigente tesitura”. De allí que el pueblo siempre lo recordará por siempre como  La Voz Prodigio de Venezuela.
   Eleazar Agudo, fallece en Caño Amarillo, Valencia, el 28 de abril de 1977 cuando apenas contaba 42 años.  

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