Caracas, 20 de Agosto de
2.016
¡La ciudadanía está
desesperada y sometida a una situación extrema! La inseguridad, muertes
producto del hampa, hambre, desabastecimiento de alimentos, alto costo de la
vida, enfermedades, escasez de medicamentos, son parte de la terrible realidad
que exige a los políticos guiar, para lograr una salida de esta crisis brutal,
por la que estamos atravesando los venezolanos. ¡La Unidad Nacional es vital!
Es un deber trabajar unidos
con inclusión y amplitud, reafirmando la transparencia y la valentía, con
salidas enmarcadas en la Constitución Nacional.
Las recientes declaraciones
de la presidenta del Poder Electoral, lejos de solventar la crisis
institucional imperante en el país, pretenden profundizar el desconcierto y la
frustración, en los ciudadanos que impulsamos la revocatoria del mandato
del Presidente de la República, como respuesta a su incompetencia e incapacidad
para generar soluciones.
Si cedemos o renunciamos a
nuestros derechos, estaremos enfrentados a la historia, juez implacable cuya
memoria permanece en el tiempo, aprendamos de los errores y reivindiquemos el
sacrificio de tantos compatriotas.
Cada una de las victorias y
derrotas han sido enfrentadas con un espíritu unitario, capaz de distribuir las
cargas y responsabilidades, donde sin duda el aporte de todos ha sido
fundamental.
La Unidad es más que una
coalición electoral de partidos políticos, se ha convertido en la aspiración
ciudadana para generar las transformaciones sociales y políticas para el país.
¡La Unidad es fortaleza! Un
referente ético y moral, solo cuando reconoce y valora el innegable aporte de
los estudiantes, trabajadores, sindicatos, gremios, obreros, sociedad civil
organizada, voluntarios, profesores, amas de casa, empresarios, empleados
públicos, dirigentes políticos, militares y religiosos, en fin todo aquel
ciudadano que centra sus esperanzas en el rescate de la República. ¡Unidos nada
es imposible!
Hoy es irrenunciable
apegarnos a la institucionalidad en la toma de decisiones, garantizándoles a
todos los actores los espacios de debate y conducción política. La pluralidad
es la naturaleza de toda coalición democrática, y sus principios deben promover
el debate respetuoso de las diferentes posiciones tácticas para cohesionar una
estrategia en común, consagrada al propósito superior: Remover democráticamente
al régimen lo antes posible y articular un Gobierno sustentable de Unidad
Nacional capaz de reconstruir moral, social, institucional y económicamente a
nuestra Nación.
Promover reglas claras,
termina siendo la mayor garantía para alcanzar rápidos entendimientos; la
participación y la validación de compromisos es la verdadera Unidad. Esta nos
blinda de cualquier inaceptable acción que pretenda imponer una hegemonía de
pocos, sobre todo cuando luchamos contra la exclusión de un régimen corrupto y
mafioso.
Enfrentamos el
totalitarismo del régimen y a sus vicios, como expresión elevada de dignidad,
donde amparados en la virtud y el honor, proponemos un proyecto alterno,
reivindicativo y democrático dispuesto a modelar desde el ejemplo.
Los principios y derechos
no pueden ser sometidos a ninguna negociación y estamos llamados a defender el
mandato constituyente, expresado a través del voto en representación de la
innegable mayoría de la Asamblea Nacional.
Ningún diálogo es capaz de
prosperar sin dos características previas: la igualdad de condiciones entre las
partes y la disposición a conversar para buscar soluciones. Ambas se ven
atacadas en las acciones de un régimen que mantiene como prisioneros de conciencia
a compañeros estudiantes, militantes y líderes fundamentales de la Unidad.
Es oportuna la prevención
que hace ante la crisis actual, la Conferencia Episcopal:
“El
diálogo, del cual habla el gobierno, comienza por el reconocimiento de la
gravedad de la situación en todos los órdenes y la manifestación de la voluntad
mediante signos visibles, de querer cambiar positivamente o transformar la
situación. El incremento del poder militar no solucionará los problemas éticos
y sociales. Un diálogo político sin metas precisas, sin fases definidas y sin
resultados previstos es inútil.”
Aprovechemos todo el
respaldo y atención de la comunidad internacional, para una estrategia en favor
del cambio democrático y oportuno, tal como lo expresó el Secretario General de
la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro:
“La
democracia requiere diálogo. Para que este diálogo sea eficaz, debe ir
acompañado de acciones. La democracia no tiene nacionalidad. La democracia es
más que una elección, es libertad. Libertad de expresión, de asociación, de
reunión. Es una ciudadanía empoderada. Una judicatura independiente. Una
estructura de seguridad que tenga la confianza de la gente, del pueblo y que le
rinda cuentas. Es el ejercicio legítimo del poder dentro del Estado de
Derecho”.
Hoy en Venezuela no hay
Estado de Derecho, no hay gobierno democrático, no hay respeto a la separación
de poderes, no se respeta el pluralismo político, no se respetan los derechos
humanos, no hay transparencia ni probidad en el manejo de los recursos
públicos.
El diálogo demandado es
nacional y para serlo hay que escuchar al pueblo, y el pueblo lo que pide es
respeto a la Constitución, vale decir, acatamiento de su decisión de ir a un
innegociable referendo revocatorio a celebrarse este año 2.016.
Por otra parte, cumplir la
promesa electoral recogida en los acuerdos políticos suscritos por la Unidad,
en el documento del 25 de noviembre de 2.015 es una obligación de cara al
mandato recibido por millones de venezolanos.
Debemos dar prioridad al
Proyecto de País, antes que al líder llamado a conducirlo, el reto consiste
precisamente en promover un liderazgo colectivo fiel a este proyecto.
Por esta razón consideramos
fundamental y alentamos a participar en la manifestación ciudadana del próximo
1ero de Septiembre: "Gran toma de Caracas", no sólo para exigir fecha
al CNE, además es la oportunidad de manifestar de forma no violenta, pero con
irreverencia y fuerza, el derecho contemplado en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela en sus artículos: 5, 333, 347, 348, 349 y 350.
La soberanía y el poder constituyente residen en el pueblo y es nuestro deber
restituir la democracia en defensa de la República. Alertamos a los miembros de
la FAN la obligación que tienen de cumplir lo establecido en el artículo 328 de
la Carta Magna, igualmente, lo señalado en el artículo 68 y como venezolanos,
la responsabilidad que le establece el artículo 25 de la Constitución sobre la
responsabilidad civil, penal y militar, sin que puedan alegar “cumplimiento de
órdenes superiores”.
La Unidad debe ser con
todos, para todos, sin exclusiones y de proceder transparente, a la altura de
las demandas ciudadanas y consciente de la trascendencia de nuestra misión.
Suscriben las
Organizaciones Políticas integrantes de la MUD
Alianza
Bravo Pueblo
Fuerza
Liberal
Gente
Emergente
Izquierda
Democrática
Moverse
Movimiento
Republicano
Progreso
Social
Proyecto
Carabobo
Proyecto
Venezuela
Unidos
Para Venezuela
Unidad
Noe
Unidad
Visión Venezuela
Vamos
Adelante
Vente
Venezuela
|
Carlos
Blanco
Haydee
Deutsch
Fernando
Álvarez Paz
Gustavo
Mujica
Jorge
Valverde
Julio
Albarrán
Luis
Velásquez
Dip.
Deyalitza Aray
Dip.
Carlos Eduardo Berrizbeitia
Cjal.
Jesús Gutiérrez
Irma
López
Iván
López
Gral.
Enrique Prieto Silva
Henry
Alviarez
|
Diputados por la MUD
Richard Blanco, Juan Pablo
García, José Gregorio Aparicio, Edwing Luzardo, José Gregorio Hernández, Juan Vilera,
Juan Carlos Bolívar, Alexis Lamazares, Elías Bessis, Freddy Castellano, María
Verónica Rengifo, Nafir Morales, Lucia Castillo, Aura Hernández, Magalvi
Estaba, Gina Rodríguez, María Aular, Adela Otaiza, Andrea Leger, Ana Morales,
Carmen Serrada, Carlos Pinelly, Mary Ruiz, Andreina López, Edmundo Prieto,
Belkis Ulacio, Cristina Minerva Ortega, Noé Mujica, Aranza Cordero, Carlos
Bastardo, Omar González, Luis Barragán, Winston Flores, Franco Casella, Omar
Ávila.
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