La inmensa mayoría de la
población venezolana está convencida de la necesidad urgente de un acuerdo
nacional que le permita encontrar una senda de progreso y paz para enfrentar y superar la crisis que el
país sufre en todos los órdenes de la vida social y para crear un futuro de
convivencia política democrática, crecimiento económico y nivelación social.
Reconocidas organizaciones
de la sociedad civil están realizando un aporte a la solución de la situación
que atraviesa Venezuela y revelaron la necesidad de un Acuerdo Nacional para el Progreso y la Paz en Venezuela”.
En el Acuerdo se
advierte que el fondo del problema, va
más allá de las ideologías y la coyuntura que se ha asentado en nuestra
estructura política-económica-social durante los últimos 50 años.
Identificaron un triángulo
vicioso en las áreas política, económica y social. “El área política se
caracteriza por un hiperpresidencialismo, centralismo, estatismo,
partidocracia, falta de representación y participación”. En el aspecto económico, las organizaciones
firmantes coincidieron en el rentismo petrolero, ausencia de ahorro nacional,
monoexportación, fiscalismo y déficit grave de producción y en el ámbito social
reconocieron desigualdad en la propiedad, educación, poder, pobreza, dualismo
físico espacial, barrios, inseguridad y criminalidad.
Objetivos
En opinión de las
organizaciones firmantes, un país progresa y tiene paz cuando toda su población
puede desarrollar la plenitud de sus facultades y capacidades. “Un propósito
institucional de estas dimensiones supone alcanzar simultáneamente tres
objetivos: 1) La paz y la convivencia política y pacífica como columnas
vertebrales de una sociedad moderna y civilizada, 2) Una prosperidad económica
sostenible y compartida por todos, nivelando las diferencias históricas de
propiedad, educación y poder e igualando las condiciones de acceso a estos
elementos y 3) Una democracia deliberativa y plural que ofrezca una auténtica
representatividad y participación.
En opinión de las
organizaciones que suscriben el Acuerdo, el logro de esos objetivos plantea
tres desafíos. “El primero es erradicar la estructura que, en lugar de generar
riqueza, crea pobreza y desigualdad. El segundo es superar el modelo rentista
petrolero y cambiar el rol del petróleo en la economía y la sociedad y, el
tercero se refiere a la reforma del poder político para superar el
hiperpresidencialismo, el centralismo y reforzar los poderes regionales, el rol
de los partidos políticos y la participación ciudadana”.
“Ninguno de los desafíos
podrá lograrse si no se ubica a Venezuela en los grandes cambios que han
sufrido la sociedad y economía mundial por lo que debemos sumar una estrategia
sobre nuestro rol en la economía internacional, caracterizada por un amplio
desarrollo de cadenas globales de valor y de progresos sociales y democráticos.
Un país con elevada dependencia de la venta de un solo producto tiene que
entrar en una agresiva etapa de diversificación económica inmersa en el
contexto mundial”, manifiesta el
documento.
Progreso económico y social
Para enrumbarnos en el
progreso económico y social es fundamental una estabilidad macroeconómica y el
punto de partida es garantizando una estabilidad política, duradera e
irreversible y, a la vez, ejecutarse con un amplio programa de reformas de
mayor aliento, entre las que se proponen la fijación de una meta inflacionaria
de dos a un dígito para los próximos 4 o 5 años y unificar el tipo de cambio
mediante el desmantelamiento del sistema existente, en un plazo a acordar,
seguido de un principio de estabilidad cambiaria en el tiempo. Asimismo, contar
con un Banco Central con plena autonomía y autoridad para imponer estas metas,
basado en sus atribuciones constitucionales.
El
Acuerdo Nacional para el Progreso y la Paz de Venezuela
expresa la necesidad de un marco regulatorio que genere el relanzamiento de la
actividad económica privada, sumado a la democratización de la propiedad, lo cual es indispensable. “Su objetivo
principal, -contempla el documento-, ha
de ser el desarrollo de la economía no petrolera, en un marco de libertades
económicas, cuyo pivote es el rescate de la agricultura, la industria, el
comercio y los servicios que conforman el eslabonamiento natural que propicia
el aumento consistente de la productividad”.
Temas de altísima
sensibilidad son la conservación del ambiente y el cambio climático. Ambos
están en la agenda de las grandes tareas que Venezuela debe afrontar si se quiere
completar un proceso que integre todos los componentes del desarrollo y la
prosperidad, dado que sin cuidar y preservar la naturaleza, se verán seriamente
comprometidos.
La educación: una prioridad
“Desde la primaria hasta la
universidad, con énfasis en la primera, la educación básica precisa
reencontrarse con la ruta de una sociedad moderna, en la que el conocimiento y
la tecnología son las verdaderas herramientas estratégicas del desarrollo y la
prosperidad. Sobre esta base, -plantea el Acuerdo-, el talento venezolano que ahora, en parte, se
encuentra en otras latitudes, seguramente pondrá su grano de arena en esta
tarea”.
Acuerdos, pactos y consensos
indispensables
De los grandes desafíos
mencionados, se derivan otros necesarios como son un Acuerdo Socio-laboral, que
genere un sistema de creación de empleos productivos bien remunerados,
protección social, la vigencia del sindicato y acuerdos entre los sectores
involucrados y, un Acuerdo de
Convivencia Política, de gran profundidad y aliento, a fin de abrir el camino
de la paz, la prosperidad y de una verdadera democracia.
De esta forma, se pasaría a
un triángulo virtuoso donde lo político
contiene un presidencialismo moderado, descentralización, no estatismo,
concordia civil, acuerdos, representación participativa y participación
representativa. En el marco económico figuran una estabilidad económica,
economía petrolera racional, economía no petrolera diversificada, vocaciones
sectoriales y regionales, dialogo y acuerdo entre trabajadores y empleadores y
creación de empleos dignos y productivos. Y en lo social se producirá una
nivelación de las diferencias de propiedad, educación y poder, erradicación de la pobreza, transformación
físico-espacial para llenar de urbanismos dignos a todo el territorio nacional
en conexión con la economía y educación
de avanzada en todos los niveles.
“Si es verdad, -concluye el documento-, que Venezuela y los venezolanos están por
encima de todo. Entonces, todos debemos asumir la gran tarea de apoyar un
Acuerdo Nacional”.
Organizaciones
que suscriben el Acuerdo Nacional para el Progreso y la Paz de Venezuela
1. Asociación
Integral de Políticas Públicas (AIPOP).
2. Alianza
para la Defensa de los Derechos Humanos, la Ecología y el Medio Ambiente,
(Asoprodem).
3. Centro
de Divulgación del Conocimiento Economico para la Libertad, (Cedice Libertad).
4. Centro
de Estudios de la Economía Venezolana. Universidad Monteávila (Cedev)
5. Centro
de Orientación en Energía, (Coener)
6. Centro
Internacional de Formación y Políticas Públicas Arístides Calvani, (Ifedec).
7. Confederación
Venezolana de Industriales, (Conindustria).
8. Consejo
Nacional del Comercio y los Servicios, (Consecomercio)
9. Federación
de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela, (Fedecámaras).
10. Directivo
de Sindicato de Profesores de la UCAB. (Sipucab).El secretario ejecutivo de la
Confederación de Trabajadores de Venezuela, (CTV)
11. Fundación
Alberto Adriani, (FAA)
12. Fundación
Venezuela Positiva.
13. Federación
Venezolana de Maestros, (FVM)
14. Grupo
La Colina, A.C.
15. La
Venezuela que queremos todos. (LVQQT). Iniciativa Democrática. (ID)
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