Por: Héctor Camacho Aular
En el cobre de la imaginación de un reconocido cantor, guitarrero y compositor siempre estarán presentes muchas fuentes de inspiración que, de un momento a otro, saldrán a relucir para realizar un tema en particular. Por eso no es extraño encontrar allí la novedosa plataforma de un nuevo canto dedicado al amor y sus travesuras, para darlo a conocer a sus seguidores en el momento justo y preciso. De esos selectos trabajos han surgido a través del tiempo un grupo reducido de canciones, las cuales han recibido licencia eterna en los jardines del recuerdo. Un claro ejemplo de lo expresado, lo tenemos en la pieza La Tupungatina, compuesta por el músico cordobés argentino Cristino Tapia, inspirada en un amor frustrado por una bella mujer oriunda del pueblo de Tupungato, ubicado en la provincia de Mendoza, Argentina.
Su historia comienza, formalmente, cuando el inolvidable dúo Gardel-Razzano realiza en el año de 1921, la primera grabación, en ritmo de zamba, de La tupungatina (“Ya me voy para los campos que añoro/ a buscar yerba de olvido y dejarte/ a ver si con esta ausencia pudiera/ en relación a otro tiempo olvidarte/…”). Tiempos después, sería también llevada al acetato por Jorge Cafrune, Carlos Vegas y el Grupo Vocal Argentino. Más adelante, el 27 de junio de 1952, Osvaldo Publiese y su orquesta de salón, con arreglos de Roberto Héctor Peppe, sorprende a los melómanos argentinos al grabarla, como tango, con el título de El martirio.
En el año de 1954, la voz del colombiano Noel Petro, respaldado por la orquesta de Edmundo Arias, se anima a grabar para el sello Torbes, ésta pieza de Cristino Tapia, en ritmo de vallenato, y la lleva al mundo disquero con el enigmático nombre de Cabeza de hacha, convirtiéndose rápidamente en un éxito en toda Latinoamérica. En Venezuela, el tema Cabeza de hacha fue ampliamente promocionado en todas las radios del país. Además, se convirtió en un disco obligatorio para la celebración de los acostumbrados “picoteos” en las casas familiares donde algunas veces el dueño de la fiesta, con varios tragos encima, llegaba a exclamar: “¡Quiten esa vaina¡ Pongan otra música. Ya ese disco de tanto ponerlo se escucha muy “rayao.”
Con el correr del tiempo, han sido grabadas muchas versiones de Cabeza de hacha, realizadas por famosos cantantes y agrupaciones, tales como: Pedro Laza y sus Pelayeros (1960), El Gran Combo de Puerto Rico (1963), Ruben Blades (1983), Diomedes Díaz (1999), Los 50 de Joselito (2013), Aníbal Velásquez (2017) y otras más. En Venezuela, la voz de Iván Pérez Rossi contando con los arreglos y dirección musical de Luis Romero incluye en su CD “Iván Pérez Rossi. Canto Caribe. Abriendo fronteras” (Sonográfica, 2003), el pegajoso vallenato Cabeza de hacha del compositor Cristino Tapia.
Apenas han pasado 100 años de la primera grabación de La Tupungatina y del inicio de su viaje a Cabeza de hacha. De allí que, no es de sorprender el surgimiento en el presente siglo de otras versiones de tan llamativa composición.
Excelente trabajo y excelente investigación...muy buena la cronología...Felicitaciones
ResponderEliminar