A propósito de cumplirse esta semana 449 años de la
fundación de la ciudad de Caracas, la Capital de nuestra Venezuela,
esa que hoy en día –lamentablemente- no es otra sino el resumen del fracaso
como país y como tal urge pensar en el futuro, en cómo combatir la inseguridad,
el caos y la anarquía en la cual nos encontramos inmersos.
Como caraqueño, nacido en la Maternidad
Concepción Palacios, fanático de los grandiosos y gloriosos Leones del
Caracas, hoy quiero, no solo soñar con poder ir nuevamente al Poliedro, al
Teatro Teresa Carreño, a cuanto evento quiera sin temor a ser atracado,
secuestrado o lo que es peor aún, asesinado. Sueño igualmente con rutas de
transporte, ahora modernas por supuesto, como aquellas de San Ruperto, donde
podías montarte a recorrer toda la ciudad sin miedo a la delincuencia, sueño
con una Capital en donde cesen las múltiples invasiones, la violencia, los
buhoneros, los huecos, la suciedad, el deterioro… en fin, esa anarquía en la
que vivimos actualmente.
Por supuesto que sueño, quiero y deseo que dejemos
de ser una ciudad dividida, producto de una polarización incoherente; acabar de
una vez por todas con ese mito de que en el Este viven los “ricos” y en los
cerros “los pobres”. Basta de divisionismo y engaño por parte de un sector que
solo ha traído dolor, odio, irrespeto y resentimiento entre hermanos. Tierra
hermosa y noble que tiene la esperanza de luchar por un mejor porvenir para los
ciudadanos. Indudablemente es un gran reto, pero es posible si todos luchamos y
trabajamos unidos por ese sueño.
Anhelo poder volver hablar de las cosas bellas, de
lo hermoso y maravilloso que tenemos, desde el Ávila -nuestro pulmón- que rodea
toda la ciudad, hasta el Río Guaire que atraviesa toda su
inmensidad. En fin, donde la vida le gane la batalla a la muerte.
Una Caracas y una Venezuela productiva, en donde no
nos falte la comida, ni las medicinas, en donde podamos comprar lo que queramos
y no tener que vivir en largas e humillantes colas, en fin, un país de
progreso, con futuro, en donde salgamos de este foso en el que hoy nos
encontramos sumergidos, producto de un gobierno incapaz, ineficiente e
irresponsable, que gracias a ese odio, esa envidia, nos ha llevado a la peor
crisis económica, política y social que hayamos vivido en la historia
contemporánea de Venezuela, a pesar de haber pasado por una década de oro, con
unos precios petroleros exorbitantes, pero que no solo no supieron administrar,
y que un pequeño grupo arrasó con todas esas divisas de nuestra nación, sino
que además se empeñaron en mantener un modelo económico que no ha funcionado en
ninguna parte del mundo a lo largo de más de un siglo. Ya se acabó dicha
bonanza y sin embargo el gobierno insiste en continuar con ese mismo modelo
fracasado que acabó con la producción nacional y que lo único que ha logrado es
producir cada vez más pobreza, hambre y miseria.
Desde Unidad Visión Venezuela seguimos luchando por
lograr el cambio y devolver la libertad al país. Esa patria grande con rostros
alegres de personas que trabajan y luchan por un mejor porvenir. Tengo la
convicción de que lo bueno está por llegar.
Dip. Omar Ávila
@omaravila2010
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