“LOS FRAILES”: LA BATALLA QUE DEBEMOS DAR HOY
Los
venezolanos que hoy ostentamos responsabilidades institucionales, de distinto
grado, debemos cargarnos con la inteligencia y el coraje que Bolívar y su
equipo demostraron hace 200 años. No podemos enredarnos en una telaraña de
incomunicación e incomprensión superlativas, porque eso nos llevaría a la
anarquía y la descomposición, dejando como principal perjudicado al pueblo.
Evocar
la victoriosa batalla naval de “Los Frailes” me inspira estos sentimientos y
creo firmemente que el bicentenario de esta gloriosa gesta debe servir como
ejemplo para despertar al país. Debemos aplicar una comunicación pública bien
nacionalista con el objetivo de entusiasmar a los jóvenes y alentar a los
adultos para afrontar con fe y esperanza estos temporales que hoy nos azotan.
El
Estado tiene un aparato de medios inmenso que debe aprovechar esta gran
oportunidad de rastrear esta epopeya impresionantemente libertaria. Es
necesario inyectar al venezolano con estos actos de una valentía infinita. Con
coraje y determinación para trasformar las circunstancias negativas o
enfermizas en positivas.
Nací
viendo Los Frailes, esos monumentales islotes caribeños con perfil de peñón.
Desde mi amado Parguito muchas veces los visité, me acerqué en días de caza
submarina y pesca artesanal, y algunas veces en los atardeceres de reposo creí
escuchar los cañonazos de los rudimentarios navíos con tripulaciones dispuestas
a todo.
La nave capitana de la expedición
patriota armada en Los Cayos (Haití), bajo el mando de Simón Bolívar y el
almirante Luis Brion, libró el famoso combate naval de Los Frailes. La acción
principal fue el abordaje del bergantín Intrépido y de la goleta Rita, que
fueron apresadas finalmente cerca de la isla Blanquilla. Fue sangriento. A
ninguno le importó arriesgar su vida. La causa lo merecía.
El combate duró más de tres horas,
murieron numerosos españoles, entre ellos el comandante del Intrépido, y
quedaron prisioneros 40 soldados españoles, casi todos del Regimiento de La
Corona. Cuando el resto de los marinos españoles observaron la derrota de sus
principales barcos huyeron hacia Cumaná y dejaron libres las aguas
margariteñas.
Compatriotas: los
convoco a subirnos a los barcos y combatir como aquellos valientes. No es
momento de miedos ni de odios. Es la hora de poner todo al servicio de la
República. Hacen falta el apoyo y la unión de todo el pueblo venezolano.
Demostremos que sí podemos. Cuenten conmigo.
DANTE RIVAS
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