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martes, 7 de agosto de 2018

Juntos la Venezuela que viene: ¿VA EL PSUV A IMPONER SU PROYECTO DICTATORIALMENTE AL PAÍS O BUSCARÁ UNA INTERLOCUCIÓN CON LA OPOSICIÓN PARA ASEGURAR ALTERNABILIDAD Y REFORMA ECONÓMICA?

Enrique Ochoa Antich hizo entrega de una carta de JUNTOS dirigida al IV Congreso del PSUV en la que rechazan presunto atentado y causas que llevan a la violencia

Respaldamos las medidas de ajustes si se profundizan para que logren abatir la inflación.

Rechazamos que una oposición aristocrática pretenda pedirle a un pueblo hambreado que rechace el carnet de la patria y por tanto el CLAP que los pobres necesitan para alimentar a los suyos.

Rechazamos paro político y pedimos respetar autonomía de las luchas sociales.

La organización JUNTOS La Venezuela que viene, integrante de la Concertación por el Cambio, informó en voz de su coordinador Enrique Ochoa Antich que hizo llegar una carta al IV Congreso del PSUV con diversos planteamientos acerca de la actual crisis nacional.
Según explicó Ochoa Antich, la misiva comienza por preguntarle al PSUV si se percata del “polvorín social sobre el que nos encontramos”. 

-Los recientes hechos de violencia ocurridos durante el desfile de la Guardia Nacional deben ser rechazados, claro que sí, dice el directivo de JUNTOS leyendo extractos de la carta, y agrega: Pero más aún deben ser condenadas las causas que hacen posible la violencia política

El documento habla de “la desesperación de millones de pobres agobiados por todo tipo de males” como caldo de cultivo de eventuales hechos de violencia.

“Para salir de este atolladero en que se encuentra sumida la nación, se requeriría de un vasto consenso nacional entre gobierno y oposición, trabajadores y empresarios, Estado y sociedad civil democrática”, dice la misiva de JUNTOS. Y se pregunta: “¿Buscará el PSUV una interlocución real con la oposición democrática que incluya la posibilidad de asegurar el ejercicio pleno por la nación de la alternabilidad republicana? ¿O prefiere escoger la senda de imponer su hegemonía apelando a un ejercicio cada vez más dictatorial del poder, echando mano de todo tipo de prácticas represivas y derivando cada vez más hacia un militarismo rampante?”. Luego sentencia: “Como la experiencia histórica mundial enseña, esos intentos nunca tienen un final feliz”.

Ochoa Antich destaca que JUNTOS alerta al PSUV acerca de la posibilidad de que puedan hacerse realidad las amenazas de ciertos extremismos que claman por golpes de Estado e intervenciones militares extranjeras que no solamente implicarían el sacrificio absurdo de miles de vidas inocentes sino que constituirían una ignominiosa vergüenza para los venezolanos de esta generación.

Otra pregunta que JUNTOS le formula al PSUV es: “¿Cuándo se abolirá esta Asamblea Nacional Constituyente espuria?”. Y agrega: ¿Qué reforma de la Constitución es posible consensuar si ello condujera luego a una relegitimación de todos los Poderes Públicos?

Por último, la carta de JUNTOS al PSUV señala que esa organización ha visto con interés las medidas de reforma económica anunciadas por el Ejecutivo nacional. Y recuerda que desde la Concertación, se hizo llegar al gobierno dos documentos que incluyen un programa urgente que tenga la capacidad de abatir la hiperinflación, que es el principal problema nacional, por los que esperan respuesta. 

Queremos que las medidas tengan éxito si ello contribuye a paliar el sufrimiento de millones de venezolanos empujados al hambre por el atroz embate de la hiperinflación” dice la misiva. Y se interroga acerca de si se va a continuar a partir del 20A la senda liberalizadora de algunas de las reformas económicas anunciadas? En este sentido, JUNTOS respalda el levantamiento del control cambiario y el ajuste en los precios de los combustibles y de las tarifas de los servicios públicos, y exige la reprivatización de todas las empresas agroalimentarias en mala hora estatizadas tanto comercializadoras como productoras.

Ochoa Antich no quiso concluir sus declaraciones sin enviar un mensaje a la oposición en tres sentidos:

Primero, no por pelear por lo más debemos despreciar lo menos: tal vez las medidas adoptadas no son todo lo que esperamos pero si van en el sentido correcto deben contar con nuestro respaldo.

Segundo, es un absurdo pedirle a un pueblo hambreado que rechace el carnet de la patria y renuncie a un CLAP que necesitan para paliar el hambre de los suyos: eso es propio de una oposición aristocrática que no tiene las mismas necesidades de las inmensas mayorías nacionales y ve con desprecio a los pobres. Llamamos a rectificar esta postura de algunos sectores oposicionistas a ultranza. Todos debemos obtener el carnet en cuestión y así abolir su capacidad de manipulación.

Tercero, rechazamos la convocatoria de paros políticos artificiales que sólo conducirán a una mayor desmoralización y exigimos respetar la autonomía de las luchas sociales: otra cosa es que quienes están en conflicto coincidan y coordinen acciones comunes.

A continuación, el texto completo de la carta de JUNTOS al PSUV:

Caracas, 6 de agosto de 2018

Señores
IV Congreso del PSUV
Ciudad.

El movimiento JUNTOS La Venezuela que viene, integrante de la Concertación por el Cambio, se dirige a ustedes embargado por la honda preocupación que a todo demócrata y patriota debe incumbir por la grave y delicada situación que hoy signa a la nación. Observando desde lejos los debates que ustedes llevan a cabo, son muchas las preguntas que nos hacemos:

¿Se dan cuenta con exacta ponderación del polvorín social sobre el que nos encontramos? Los recientes hechos de violencia ocurridos durante el desfile de la Guardia Nacional deben ser rechazados, claro que sí. Pero más aún deben ser condenadas las causas que hacen posible la violencia. ¿Perciben ustedes con suficiente crudeza la desesperación de millones de pobres de este país agobiados por todo tipo de males: hiperinflación que convierte en sal y agua los salarios; carencia y carestía de medicinas que hacen que muchos de nuestros enfermos mueran de mengua en nuestros hospitales; colapso de todos nuestros servicios: electricidad, agua, gas, transporte; en fin, un país que se liquida a sí mismo como nación? ¿Admiten ustedes con absoluta honestidad la responsabilidad básica que compete a las políticas económicas gubernamentales que han conducido a la ruina al país: centralismo, estatismo, populismo?

Para salir de este atolladero en que se encuentra sumida la nación, se requeriría de un vasto consenso nacional que haga posible que gobierno y oposición, trabajadores y empresarios, Estado y sociedad civil democrática, puedan acordarse respecto de un programa mínimo de reinstitucionalización de lo que queda de democracia, de reconstrucción del aparato productivo y de la infraestructura de servicios públicos, y de reconciliación nacional. ¿Tendrá el PSUV el coraje de distanciarse del autoritarismo? ¿Buscará una interlocución real con la oposición democrática que incluya la posibilidad de asegurar el ejercicio pleno por la nación del principio de la alternabilidad republicana? Tal vez lo que más conviene al chavismo es organizar y negociar su tránsito a la oposición en el resguardo de todos sus derechos como el importante tercio o cuarto del pueblo que representan hoy día. ¿O prefiere escoger la senda de procurar imponerle a la mayoría su hegemonía aunque sea apelando a un ejercicio cada vez más autoritario y dictatorial del poder, echando mano de todo tipo de prácticas represivas y derivando cada vez más hacia un militarismo rampante? Como la experiencia histórica mundial enseña, esos intentos nunca tienen un final feliz, ni para la sociedad que es víctima de esa imposición, ni tampoco para quien quiere ser su actor y cree poder eternizar su poder por los siglos de los siglos. A nadie puede interesar, ni al gobierno, ni a la oposición democrática, ni en general a la mayoría pacifista de los venezolanos, que terminen por hacerse realidad las amenazas de ciertos extremismos que claman por golpes de Estado e intervenciones militares extranjeras que no solamente implicarían el sacrificio absurdo de miles de vidas inocentes sino que constituirían una ignominiosa vergüenza para los venezolanos de esta generación.

Para impedir que la violencia pueda enseñorearse sobre la nación, se requiere una normalización de la vida política. En este sentido, preguntamos: ¿Cuándo se abolirá esta Asamblea Nacional Constituyente que si ustedes no juzgan como nosotros espuria al menos deben reconocer la restricción evidente de su precarísima por no decir inexistente legitimidad? Sabemos que es un tema que el liderazgo gubernamental considera y debate. Y agregamos esta cuestión complementaria: ¿Qué reforma de la Constitución es posible consensuar si ello condujera luego a una relegitimación de todos los Poderes Públicos? ¿Van a dejarse tentar por la pretensión de imponerle a la sociedad un nuevo texto constitucional que violente principios democráticos esenciales como el voto universal, directo y secreto o que se proponga definiciones ideológicas del Estado que comprometerían la idea misma de pluralidad democrática? 

Hemos visto con interés las medidas de reforma económica anunciadas por el Ejecutivo nacional. Desde la Concertación, se hizo llegar al gobierno dos documentos que incluyen un programa urgente que tenga la capacidad de abatir la hiperinflación, que es el principal problema nacional. Esperamos por respuesta. Aunque las juzgamos un tanto erráticas e insuficientes, no vamos a apostar a su fracaso. Queremos que tengan éxito si ello contribuye a paliar el sufrimiento de millones de venezolanos empujados al hambre por el atroz embate de la hiperinflación. ¿Se va a continuar y ampliar a partir del 20A con mayor audacia la senda liberalizadora y aperturista de algunas de las reformas económicas anunciadas? Al margen del costo político que ello implique, estamos dispuestos a respaldar desde el campo opositor medidas como el levantamiento del control cambiario o aquéllas que combatan el déficit fiscal como parte de un plan anti-inflacionario serio e integral, incluyendo el ajuste en los precios de los combustibles y de las tarifas de los servicios públicos. En tal sentido volvemos a exigir la reprivatización de todas las empresas agroalimentarias en mala hora estatizadas tanto comercializadoras como productoras. 

Con angustia venezolanista, nos despedimos de ustedes expresando nuestra disposición a debatir democráticamente acerca de estos y otros temas: sólo del contraste de opiniones y de la superación dialéctica de nuestras contradicciones, podrá Venezuela reencontrar el camino hacia el porvenir de libertad, justicia y bienestar al que sus hijos tienen derecho.

Por la Dirección Política de JUNTOS,

Enrique Ochoa Antich

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